26 de diciembre de 2015

(Harto de ser español.)

               Harto de ser español
               desde el día en que nací,
               quisiera ser otra cosa
               por remudar de país.
                                       (Quevedo)

—Un discurso decimonónico: rancio, retrógrado, extemporáneo y retórico hasta la náusea, en todo caso a mil años luz de la realidad social, política e institucional de España en estos momentos.

—El mayor misterio —dijo Aquilino, entonces todavía redactor en El Liberal— es quién le habrá escrito semejante discurso... ¿el pequeño Nicolás?

—Por momentos —sentenció Meneses— se diría que suena a amenaza de golpe de Estado. En todo caso, es un absoluto error.


Meneses calló la boca, no sea que los demócratas le apliquen la Ley Mordaza, pero está claro que además del referéndum territorial habrá que empezar a pensar también en un referéndum sobre la forma de Estado. 


Lecturas recomendadas
- José Antonio Martín Pallín, Cataluña como pretexto (29-12-2015)
- Juan Carlos Monedero, Inconsistencia partidista, inconsistencia socialista (30-12-2015) 
- Manolo Monereo, El discurso del rey: la derecha romperá España (30-12-2015) 
- Vicenç Navarro, Qué hay detrás de la defensa de la "unidad de España" (30-12-2015) 
 

16 de diciembre de 2015

(K.O.)

—La demostración más patente de que España es un país de paletos, es el éxito de Ciudadanos. Sin embargo, habrá que esperar al 20-D. Sinceramente, me resisto a creer —dijo Barrantes— tanto supuesto voto a un partido ridículo, que en el mismo Reino Unido y en cualquier otra parte sería la rechifla de todo el mundo. Ahora bien, sin duda es la operación de marketing y el engañabobos más exitoso de los últimos 40 años. 

—Nuevo rey, nuevos partidos... y viejas leyes de orden público. Esta es la receta. 

—No hace mucho, un respetable profesor de literatura de una universidad española, me dejó K.O. al ponerme por las nubes el mamotreto de La rebelión de Atlas de Ayn Rand (digamos de paso que muchos economistas neoliberales es lo único que se han leído y todo su bagaje intelectual...) (*), como si fuera el novamás y la panacea ideológica de nuestro tiempo. Si hasta las personas más cultas son tan estultas, ¡pero tanto!, qué se puede esperar.

(*) Del mamotreto de Ayn Rand es quizá de donde sacaría Albert Rivera la estupidez de que hay que "enseñar a pescar a los andaluces", en vez de repartir pescado, etc. A los andaluces no hay que enseñarles nada. Pero el panfleto de Ayn Rand, la biblia de los liberales de ocasión, está lleno a espuertas de burradas de este estilo. Pesca milagrosa sería que Ciudadanos obtuviera más de media docena de votos en Andalucía después de haber insultado de manera tan torpe a todos los andaluces.

Lecturas recomendadas
- Andy Robinson, Ciudadanos secuestra "La London" (9-12-2015) 

12 de diciembre de 2015

(20-D y C's, o los "hombres de naranja".)

—No hay nada más patético que un obrero de derechas. 

—Sí, pero todavía hay algo más triste: un joven de derechas. Porque un joven de derechas es viejo antes, muy antes, de ser viejo. 

—Lo peor de todo es ser tonto —dijo Barrantes—, porque votar a Ciudadanos creyendo que es un partido de "centro", es chuparse el dedo hasta el mango. 

—Aclaremos: Ciudadanos es el partido de los "hombres de negro", aunque vayan de naranja. Lo peor no es su programa económico, sino que lo apliquen, porque además son capaces. España sería el primer país de la UE con un gobierno de la Troika elegido por sus ciudadanos, es decir, el colmo. Y el primer país en aplicarse voluntariamente, con alegría deportiva y juvenil, color naranja, las recetas austericidas de la Troika, y todo ello después del austericidio perpetrado con saña por el gobierno de Rajoy Brey. Ni el FMI se lo cree. El mayor éxito neoliberal desde Reagan hasta la fecha. La Dama de Hierro aplaude a sus aplicados alumnos naranjas desde su tumba. El problema es que España no es el Reino Unido, y aunque lo fuera. 

—No hay que desesperarse. Si España ha sobrevivido a 4 años 4 de masacre del PP de Rajoy Brey, podrá sobrevivir a cuatro años de masacre de Ciudadanos y Garicano. Y luego el Diluvio, porque desde luego esto es peor que las siete plagas de Egipto, y una prueba que ni el santo Job. 

—No estoy tan seguro de que sobrevivamos nadie. Sólo en los primeros seis meses de este año 2015 se han marchado de España 50.800 jóvenes, a añadir a los 270.000 que han emigrado desde 2012 en que gobierna el PP. ¿Cuántos jóvenes se marcharán en otros cuatro años? ¿Quedará alguien aquí para las próximas elecciones, o sólo pensionistas? Un país que exporta jóvenes, y además los más preparados, es un país sentenciado, gobierne quien gobierne.

11 de diciembre de 2015

(Reflexiones sobre la guerra.)

—La conciencia moral —dijo Meneses a pocos días de las elecciones generales del 20-D— no se adquiere de la noche a la mañana, ni siquiera en la escuela. La conciencia moral es un proceso de siglos de cultura y de civilización, y a veces ni así. Hoy día seguimos cometiendo crímenes, asesinatos y genocidios como hace millones de años, y con idéntica brutalidad. ¿Qué significa eso? Significa que, en algunos casos, la conciencia moral no parece haber variado un ápice desde la noche de los tiempos hasta hoy: era cero o casi, y sigue siendo cero o casi. Entre el Australopithecus y algunos homínidos como George W. Bush y su camarilla de las Azores, por poner un ejemplo reciente, no hay absolutamente ninguna diferencia, excepto en la corbata y los calcetines. A la vista de sus acciones, la "conciencia moral" de los responsables de la guerra de Afganistán e Irak, y luego Libia y Siria, etc., es equivalente a la de los más remotos ancestros humanos —si es que cabe hablar de conciencia moral en estos casos, problema que dejo para los expertos—, y han transcurrido 4 millones de años entre unos y otros, sin variar en nada. Se trata, en fin, de un serio y desconcertante problema que habría que analizar muy despacio, aunque ya estamos en condiciones de extraer una conclusión provisional: los procesos de hominización quizá no sean tan lineales —y menos aún irreversibles— como pudiera parecer. Quiero decir que algunos que llevan corbata y zapatos podrían subirse al árbol ahora mismo y adaptarse apenas sin transición, con gran habilidad, a la convivencia con sus parientes remotos —o cercanos, según se mire— en cualquier selva, y sin que ellos (ni nosotros) advirtieran ninguna diferencia sustancial en su existencia. En realidad, los Australopithecus siempre han estado ahí en cierta manera, no subidos a los árboles, pero sí detrás de lujosas mesas de despachos enmoquetados, e incluso ocupando en algunos casos el poder político, militar, financiero... ¿Estaremos asistiendo actualmente a una revuelta, no de las élites, como suele decirse, o del 1 %, sino de los homínidos más infrahumanos, impermeables a través de los tiempos a cualquier proceso de hominización? ¿Logrará incluso un puñado de cuasi primates con corbata, extremadamente violentos y ambiciosos, destruir a la humanidad y la civilización, y acabar con el planeta? El pomposamente autodenominado Homo sapiens es el único que ha sobrevivido, probablemente de puro milagro, a una masacre generalizada de decenas de otras especies de homínidos extinguidos, más bien exterminados entre sí. Ojo pues con los simios que siguen propugnando la guerra.

Por lo demás, Meneses estaba convencido de que la causa última de las guerras era la falta de imaginación. Lo cual no contradice lo antes expuesto, sino más bien todo lo contrario.

7 de diciembre de 2015

(La barbarie europea, en puertas.)

Que el principal responsable económico de Alemania haga discursos ultranacionalistas —que este es en realidad el trasfondo ideológico de la política económica defendida por Weidmann (el cual, además, en mi modesta opinión, debería de visitar urgentemente un médico alienista)—, a nadie puede sorprender que en Francia triunfe el Frente Nacional de Marine Le Pen, y que los países del Sur, masacrados por las políticas austericidas impuestas por Alemania y la Troika, entren en una peligrosa espiral de desintegración social, política e institucional que nadie sabe dónde desembocará pero que sin duda será explosiva. Si a ello, en países como España, añadimos la irresponsabilidad de una derecha bárbara —PP y Ciudadanos (por cierto, el 20-D no olvidaremos el "¡Que se jodan!" proferido en el Parlamento por una diputada del PP)—, verdaderamente cafre, que destruye de manera sistemática cualquier mínimo colchón que trate de amortiguar el duro golpe de la desintegración social, nuestro futuro como país es preocupante, y más si la Unión Europea se va al traste como es lo previsible si no hay un milagro.

Lecturas recomendadas
- Troels Krarup / Chase Foster, Jens Weidmann's Austere One-eyed Vision (3-12-2015) 

3 de diciembre de 2015

(Si los jóvenes son el futuro de un país, el voto de los jóvenes debería de valer por dos y el de los viejos por cero.)

—El 20-D —dijo Meneses, que iba a cumplir 61 años— los viejos determinaremos el futuro de España. Es la leche, pero es así. Que en un país ganen las elecciones los viejos es el peor desastre que pueda ocurrirle. Si a eso le añades que 1,8 millones de jóvenes que han tenido que irse del país en estos últimos cuatro años, se les impide votar, es una catástrofe. ¿Por qué no se aprobará una ley que prohíba votar a los mayores de 60 años? Por lo menos así tendríamos un país que votaría por su futuro, y no por su pasado. Ítem más, si se impide votar a los menores de 18 años, debería impedirse votar —y con mucha más razón— a los mayores de 60. Al fin y al cabo, en unas elecciones siempre se ventila el futuro, y ahí los viejos no pintamos nada y por tanto deberíamos de abstenernos de intervenir. Las elecciones habrían de estar reservadas exclusivamente a los jóvenes. Es más: si somos coherentes, el voto de los menores de 30 años debería de valer por dos.

—No les demos más ideas a los que vayan a reformar la Constitución...

—Paciencia, dentro de pocos años el 90 % de los votantes del PP estará en el cementerio. Es lo bueno que tienen las gerontocracias. No hay mal que por bien no venga, ni mal que cien años dure, etc.

—Pero mientras tanto —interrumpió Barrantes—, los viejos y pensionistas nos van a joder bien jodidas estas elecciones, como ha pasado antes en Grecia, en Escocia, en... ¡Europa, señores, es un puñetero asilo de ancianos de todas las edades! Estamos bien listos.

—Por cierto, los viejos parecen encantados con la corrupción. Es otra conclusión que podrán extraer los politólogos después de las elecciones. Y otra razón para retirar el voto a los mayores de 60 años, y por el contrario conceder una prima a los menores de 30. Llamémoslo discriminación electoral positiva en favor del futuro.