No entiendo por qué Grecia no abandona el euro, y por más que leo
comentarios de unos y otros economistas, sigo sin entenderlo. Y lo que
ya no entiendo en absoluto es la decisión de Tsipras de aceptar un
tercer "rescate" a sabiendas que no servirá de nada si no es para hundir
más aún el país, y así indefinidamente. Grecia ha de desvincularse del
BCE y emitir su propia moneda o sistema de pago, si es que quiere volver
a existir como país. Actualmente lo único que es Grecia es un
territorio zombi administrado por la Troika, y ello de manera
permanente, es decir, sin esperanza de ningún futuro. Si alguna lección
hemos de sacar de Grecia los demás países de la Eurozona, y en especial
los del Sur, es desde luego no cometer el mismo error de Tsipras. Estoy
convencido de que cualquier país mínimamente responsable (pongamos por
caso, Francia), tiene ya diseñado y perfectamente preparado un plan para
recuperar la soberanía monetaria, caso de ser necesario. Lo contrario
sería suicida, y más después de visto lo visto. No es admisible que la
Troika, Alemania o Perico de los Palotes, Draghi o quien sea, imponga la
política económica a los países de la Eurozona, bajo la extorsión
consabida de que o hace lo que le ordeno, o quiebro todo su sistema
bancario y hundo su país. Esa extorsión mafiosa se tiene que acabar de
una manera o de otra: es inadmisible. Pero lo grave ya de por sí es que
tal extorsión haya ocurrido, en distintos grados de gravedad, en
Irlanda, Portugal, España y sobre todo Grecia. Obviamente, huelga decir
—porque se ha repetido millones de veces y está bien demostrado— que la
política económica impuesta por la Troika no sirve a los intereses de
los países y de sus ciudadanos, sino a los intereses del Capital: son
políticas económicas coloniales orientadas exclusivamente al saqueo y
expolio de los países y a transferir la riqueza al 1 % de dentro y de
fuera en detrimento del resto, etc. Todo ello está inventado desde hace
mucho tiempo, lo que pasa es que ahora nos toca padecerlo a nosotros, si
no nos plantamos como se plantó el pueblo griego, primero eligiendo un
gobierno "antiausteridad" y luego votando valientemente NO en el
referéndum, aunque luego Tsipras diera la espalda, de manera
inexplicable, a esa voluntad. Sólo un dato podría explicar esa renuncia
de Tsipras: una amenaza por parte de Estados Unidos, cuyo interés es
que Grecia se mantenga a toda costa en la UE. Tomemos buena nota de
todas estas lecciones.
Lecturas recomendadas
- Mark Weisbrot, Las autoridades europeas se niegan a permitir la recuperación de la economía griega, haciendo más probable su eventual salida del Eurogrupo (7-8-2015)
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