—En 2010 —decía Meneses— pensaba que todo el quid estaba en Francia:
¿qué hará Francia? ¿Sucumbirá también, o se plantará frente al expolio? Bien, pues ya
estamos en ello. De momento ya se ha visto lo que han hecho los de
arriba (la oligarquía y el infame gobierno mercenario a su servicio),
ahora falta por ver lo que haremos los de abajo.
—Corro a prender una velita...
—Después de todos estos largos años, que parecen siglos,
somos muchos los que todavía no acabamos de enterarnos de lo que ocurre.
Si fuéramos negritos africanos —siguió diciendo Meneses—, habríamos
entendido lo que ocurre desde el primer minuto, pues en realidad el
saqueo de Europa no es más que una continuación del expolio sistemático a
que sometimos las colonias durante 500 años, y todavía sigue. Así pues,
nada nuevo, por más que nos sorprenda que los saqueados seamos ahora
nosotros. Y es que el Capital sólo sabe robar, y expoliado el Tercer y
Cuarto Mundos, ahora van a por el Primero, en un proceso de salvaje
autofagia. Y todavía hay quien sigue hablando de la "crisis", algo que
personalmente me pone enfermo. ¿Qué "crisis"? En todo caso, la "crisis"
la tenemos nosotros, no el 1 %.
Recuerdo de pequeñito —prosiguió Meneses— que en el
colegio me explicaban, probablemente un profesor ingenuo y
bienintencionado, que el capitalismo es bueno porque produce bienes. Yo
quise hacer la comprobación experimental de esta afirmación, impregnado
como estaba de espíritu científico, y un día puse sobre la mesa un
estupendo billete de 1.000 pesetas de las de entonces, y le dije: "Mira,
voy a dar un paseo, y cuando regrese, por favor, me gustaría que
hubieras construido una silla, o si te parece excesivo, construye por lo
menos un taburete de tres patas." Y me fui a dar una vuelta, convencido
de que, tal como explicaba el profesor, es gracias al Capital que
disponemos de todos los bienes que disfrutamos. Sin embargo, a la vuelta
del paseo el billete estaba exactamente en el mismo lugar de la mesa
donde lo dejé, ni se había movido un pelo, y ni rastro de silla ni
taburete. Desde entonces me convencí de que eso de que el Capital
produce bienes es la mayor patraña que se le ha ocurrido a nadie. Pero
entonces, ¿de dónde salen todos los bienes que tan útiles nos son? Muy
fácil: de nuestro trabajo. Es tan simple que todo el mundo lo entiende,
excepto algunos economistas. El Capital jamás ha producido nada, ni
siquiera una cabeza de alfiler, lo único que hace es apropiarse de
nuestro trabajo, es decir, robar. Y encima de robarnos, nos mata de
hambre, como ahora estamos comprobando en carne propia, y puede que
hasta acabe con el planeta, porque el "cambio climático" va muy en
serio.
Y otro día hablaré de la única —sí, única— alternativa al nefasto capitalismo: trabajar gratis. Pero eso requiere otra explicación.
Lecturas recomendadas
- Rafael Poch, La Nuit Debout se instala en la plaza de Francia (8-4-2016)
No hay comentarios:
Publicar un comentario