26 de mayo de 2016

(Expolio generalizado y fascismo.)

"... la pérdida de nuestros bienes públicos no es más que un robo legalizado" (Aditya Chakrabortty). Exactamente, así es. Sin embargo, seguimos sin enterarnos. Nos roban a manos llenas y nosotros aplaudimos a Rajoy Brey y demás salvapatrias, que no son sino infames mercenarios al servicio de la megadelincuencia. Quizá nos enteremos de qué va la película cuando decreten una quita del 100 % en nuestros depósitos y cuentas bancarias. Es un ejemplo tonto, pero que podría caer mañana mismo (tampoco sería ninguna gran novedad), y que no se diferencia en nada del robo sistemático de lo público (que es nuestro) para regalarlo a cuatro delincuentes, eso que llaman con gran recochineo "privatizaciones". Y es que el 1 % está incautando, por todas las vías posibles, en todas partes, y en tiempo récord, todos los bienes del mundo para sí. TODOS los bienes: desde la tierra que pisamos, el agua, los alimentos, el dinero... (*). Ríete de los bolcheviques. Es una guerra sin cuartel de expolio generalizado. Y nosotros en los cerros de Úbeda. ¿Qué les quedará a nuestros hijos? Nada, cero. Ese es su futuro. Un futuro, además, como dice Aditya Chakrabortty, difícilmente reversible. Hay que añadir que el expolio masivo de bienes va intrínsecamente unido al expolio de derechos y libertades (tenemos un excelente ejemplo de ello aquí mismo en esa España de Rajoy Brey): el fascismo que está anegando Europa es precisamente esto, aunque ahora vaya disfrazado con pieles de cordero y hasta se apropie de reivindicaciones sociales propias de la izquierda. Ahora bien, que nadie se engañe: el fascismo es el brazo ejecutivo del Capital, es decir, de la gran delincuencia, y el sepulturero definitivo de la democracia y de los derechos y libertades. Muy mal pintan las cosas en Europa cuando la única alternativa frente al saqueo parecen ser los movimientos y partidos de ultraderecha. Estamos listos. (Hace pocos días Owen Jones escribía sobre esto en "La derrota por los pelos de la ultraderecha en Austria debería hacernos despertar".)

(*) Oxfam: actualmente, el 1 % más rico de la población posee el 50 % de la riqueza mundial, mientras que el 80 % de la población sólo posee el 5,5 % de la riqueza mundial. Y esas cifras van en aumento de manera exponencial año a año. Acuerdos como el TTIP/CETA/TiSA son otra vuelta de tuerca en este saqueo, pues blindan jurídicamente a las multinacionales (monopolios de hecho) frente a los Estados, cuyos ciudadanos quedan inermes y sometidos a perpetua extorsión en bienes esenciales: o pagas por el agua el precio que nos dé la gana, o bebes y te duchas con Coca-Cola. Si enfermas por comer (o respirar) mierda tóxica nosotros no somos responsables, nadie te obliga a comer (o a respirar). Si no puedes pagar medicamentos o servicios médicos al desorbitado precio que nos dé la gana, reza, y piensa que todos hemos de morirnos, aunque nosotros los ricos nos moriremos mucho, pero muchísimo más tarde que tú. Y así un larguísimo etc., etc.

Todo ello sin mencionar que la agricultura europea va a quedar barrida en dos días por la potente agricultura yanqui, con unos excedentes impresionantes y completamente subvencionada. Quizá sea por esto que Francia "parece" oponerse al TTIP (digo "parece"...). Y desde luego España debería oponerse con uñas y dientes si es que tiene en algo a sus expoliados agricultores y a su mísero sector agroindustrial, que se irá a pique hasta el fondo con la aprobación del TTIP. Basta con ver lo ocurrido en México: en apenas cinco años, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (firmado entre USA, Canadá y México) acabó con la agricultura mexicana, condenando a la emigración a millones de campesinos, esos mismos que ahora pretende deportar Trump.

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