17 de octubre de 2023

(Tuits de extrema derecha y guerra, 22.)

Tuit 624 (Cuestiones filosóficas) - 15 octubre
Como decían los físicos cuando yo estudiaba (ahora no sé qué dirán), el universo es una sopa amorfa. Tanto es así que no se puede afirmar que en él haya algo o no haya nada, y en qué momento. Por decirlo en otros términos, el universo es la Nada de los filósofos o el Infierno de los antiguos teólogos: un No-lugar donde no existe el espacio ni el tiempo. Pues bien, en esa Nada o en ese Infierno que es el universo la imaginación humana ha ido colocando mojones y creando un sentido. He dicho la imaginación. Ahora bien: la imaginación es una cualidad del amor: el amor crea la imaginación (o viceversa). En realidad, amor e imaginación son la misma cosa e inseparables como el haz y el envés de una hoja. Antonio Machado lo expresó en versos insuperables (donde dice fantasía, concepto muy andaluz, léase imaginación):

Todo amor es fantasía;
él inventa el año, el día,
la hora y su melodía;
inventa el amante y, más,
la amada. No prueba nada,
contra el amor, que la amada 
no haya existido jamás.

("Otras canciones a Guiomar", CLXXIV ii.)

En realidad, el primer humano surgió cuando alguien amó a alguien y le llamó con un nombre (las palabras son esos mojones de sentido): ese, y no otro, fue el primer día de la humanidad y del mundo. Cuándo ocurrió ese acontecimiento es irrelevante, nada nos aportaría una fecha. Lo relevante es que el acontecimiento ocurrió: somos un invento de la imaginación y gracias a ella existimos. El día que en el mundo no haya nadie queriendo a nadie, ese será el último día y el Sol no volverá a salir.

Pues bien, hoy, cuando la imaginación está en vías de desaparecer (de ahí vienen las guerras), involucionamos a marchas forzadas de vuelta hacia la sopa amorfa, hacia la Nada de los filósofos o al Infierno de los antiguos teólogos. Al final del trayecto nos espera Satanás en su Infierno, como diría san Anselmo. Dentro del universo el amor habrá sido apenas una chispa que por un fugaz instante iluminó la Nada, aunque, parafraseando a Machado, no probará nada contra el amor que el mundo ni nosotros hayamos existido jamás.

Y esa última sorprendente afirmación, que he subrayado en cursiva —terminó diciendo Meneses—, nos abre la puerta al siguiente capítulo, sobre el amor, Dios y el Cielo, donde se explica que Dios no creó el mundo, sino la Nada, pero que nos dio el amor para que nosotros creáramos el mundo, "a su imagen y semejanza". Sin embargo no voy a tratar aquí este capítulo, de momento.

Adenda. Meneses, que era muy vehemente y que cuando empezaba un discurso no encontraba el modo de acabarlo, en un aparte dijo a quienes aún tenían la paciencia de escucharle, que antes de pasar al siguiente capítulo debíamos entender qué es el Infierno y quién es Satanás, que es solo Poder, es decir, el Sujeto por antonomasia, y que a menudo confundimos con Dios. En esa confusión incurren el 99 % de los creyentes, para su desgracia y la nuestra. Para evitar semejante ceguera, Meneses recomendaba tener presente la sentencia del sabio Agustín de Hipona Si comprehendis, non est Deus (Sermones 117), y sobre todo leer los Evangelios de Jesucristo, pero debajo de un árbol, jamás en una iglesia.

Antonio Machado lo expresó en la composición "La saeta" (CXXX), de la que copio los primeros y últimos versos:

¡Oh, la saeta, el cantar 
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
[...]
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!

Jesús "anduvo en el mar", es decir, en la Nada, dejando una senda de estelas que se borran al pasar (*). "La saeta" fue publicada en el semanario ilustrado Nuevo Mundo (2 abril 1914), en un número dedicado a la Semana Santa. Sin duda, hoy "La saeta" sería denunciada por la asociación Abogados Cristianos por el delito contra los sentimientos religiosos. ¡Llamar madero a la Santa Cruz!

(*) Antonio Machado sigue la denominada teología negativa que arranca en Plotino y continúa con Agustín de Hipona y el Pseudo Dionisio, y que tanta influencia tuvo en la mística española del siglo XVI, muy bien conocida de Machado. Es sorprendente que ningún estudioso de Machado haya advertido ese hilo doctrinal, ni siquiera quienes han escrito sobre la "teología" de Machado. Solo Robert Richmond Ellis aludió tangencialmente a ello ("Abel Martín y la teología negativa", en Jordi Domènech, coord., Hoy es siempre todavía. Curso internacional sobre Antonio Machado, Sevilla, Renacimiento, 2006, pp. 498-513).

(Continuará.)

 


"OTAN - Terrorismo legal". Manifestación contra la OTAN. Cracovia (Polonia),
19 febrero 2009





La República es una forma de Estado que en sí misma no garantiza nada. Ahora bien, la Monarquía Española garantiza la perpetuidad de la corrupción del Estado y por ende la imposibilidad de la democracia, puesto que corrupción y democracia son incompatibles. La Monarquía Española conduce indefectiblemente a la dictadura
 
Más bien, Estados Unidos es el principal responsable del 99 % de las guerras de todo el mundo, por lo menos desde 1945 hasta la fecha, y es que la conquista del Oeste no ha terminado para el general Custer.


Conviene leer
- Javier Pérez Royo, 
El problema no es la amnistía sino Puigdemont (18 oct)

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