Historias de la España vaciada, 10: Pinares


Si atravesamos la provincia de Soria en dirección a Segovia, desde Ágreda hasta los altos de Ayllón, la impresión es de que en Soria no hay más que campos. Sin embargo, en Soria hay extensos bosques de pino albar: es la comarca de Pinares, en el alto Duero.

Montes cerca de Montenegro de Cameros (Soria). (Fotografía: J.D.)

La comarca de Pinares, al pie de los Picos de Urbión y dividida entre las provincias de Soria y Burgos, está atravesada en su parte soriana por el curso alto del río Duero, que nace en el Urbión (2.228 m). A lo largo del río hay un reguero de pueblecitos de montaña (subcomarca de Pinares Altos): Vinuesa, Molinos de Duero, Salduero, Covaleda, Duruelo de la Sierra, y ya en la provincia de Burgos Canicosa de la Sierra, Quintanar de la Sierra, Neila, Vilviestre del Pinar, Palacios de la Sierra... Más al sur, siguiendo la N-234 que lleva a Burgos, encajada por la sierra de Cabrejas, otra hilera paralela de pueblos pinariegos (subcomarca de Pinares Bajos): Abejar, Cabrejas del Pinar, Navaleno, San Leonardo de Yagüe, y ya en Burgos Hontoria del Pinar...

Molinos de Duero, hacia 1989. (Fotografía: J.D.)

Mis lugares preferidos son Molinos de Duero y el vecino Salduero, con sus rotundas casas de sillería perfectamente labrada, banco de piedra a la entrada y haces de leña apilados contra el muro de la casa. Es lástima que haya desaparecido la antigua casona de la plaza de Molinos (ver foto arriba), que fuera la escuela del pueblo, reconvertida en hostal en los años 90.

La carretería de bueyes fue tradicionalmente la actividad más importante de los pueblos de Pinares, desde el siglo XVI hasta entrado el XIX. En el siglo XVIII Molinos tenía 116 vecinos y había 872 carretas y 2.617 bueyes. Se transportaba sal, grano, madera, piedra, lana, hierro, carbón, armamento... (*). El pasado mes de julio de 2019 se inauguró en Molinos el Museo de la Carretería, que conviene visitar.


Puente de Soria sobre el Duero, cerca de Covaleda. (Fotografía: J.D.)

Covaleda, a 1.209 m de altitud, huele a humo de las estufas de leña casi todo el año. Aunque un incendio destruyó el pueblo en 1923, es la población pinariega más genuina. Todavía queda alguna antigua serrería abandonada a orillas del río. Asomado al balcón del hotel en Covaleda, de buena mañana he visto a los niños ir al colegio, que me han recordado mi infancia.

En Vinuesa han proliferado los hoteles y se han restaurado algunas antiguas casonas, como la casa de los Ramos en la calle Luenga, de 1778, con amplio alero y balconada de madera labrada (ver foto abajo, antes de la restauración). Desde Vinuesa podemos ascender por entre bosques de pinos hasta la laguna Negra, protagonista de la narración de Antonio Machado La tierra de Alvargonzález.


Casa de los Ramos, Vinuesa. (Fotografía: J.D.)

Suelo ir a Soria cada año. Me gusta respirar aire sano por los bosquecillos del río Ebrillos, desde Playa Pita a Navaleno, y recoger algunas setas, que es un magnífico ejercicio. Ahora bien, en los últimos años he visto destrozos cortando madera. No soy técnico forestal, pero en algunos lugares del Pinar Grande se ve la huella de tremendas sacas, dejando solo un par de pinos para disimular, y a ese destrozo lo llaman aclarar. Y menos mal que son bosques comunales propiedad de varios ayuntamientos. Ello beneficia a los ganaderos, pues esas calvas quedan para pastos, y así todos contentos. Me pregunto para qué servirá tanta madera cortada, aparte de fabricar palés que no valen la décima parte de lo que deja el turismo amante de la naturaleza.

Sin embargo, para el forastero el problema de pasear por estos bosquecillos y prados como Caperucita Roja, es la plaga de toros sueltos. Y no me refiero solo a la dehesa de Valonsadero, sino que salen de cualquier parte y cuando menos lo esperas.

—A uno que cogía setas en el prado del pantano, le salió un toro y le dio un buen susto —me dijo, divertido, el dueño del hostal en Molinos.

No se puede ir con niños de excursión al monte, hacer senderismo, recoger setas, o simplemente andar la gente mayor, y que te salga un bicho de estos y que a lo peor no le caigas bien. Toros sueltos y turismo son incompatibles.

Ahora bien, el turismo es dinero para todos, y el ganado es dinero para cuatro ganaderos, dejando para el resto toneladas de mierda y moscas, porque hay que ver lo que cagan estos animales. Yo no entiendo ni de toros ni de ganado, pero como ya me he llevado algún susto, digo lo que digo.

Es una pena, porque las tres cuartas partes de la provincia de Soria debería ser declarada Parque Natural. El altiplano soriano, donde parece que se pueda tocar el cielo con las manos, es un paisaje único y de primer orden para el turismo rural y de montaña. Pero no parece que acabe de cuajar el turismo, y eso que algunos sorianos heroicos llevan más de 30 años intentándolo. Dice la Wikipedia que en Pinares "el turismo es una de las actividades en alza" (Comarca de Pinares): el problema es que lleva más de 30 años "en alza" sin que acabe de levantar. No considero el turismo de fin de semana, por lo general de Madrid, porque eso es bien poco y aun contraproducente.

Voy a decirlo claro: la madera y el ganado son el pasado, y el turismo debería ser ya el presente hace tiempo en Soria. Esa es mi opinión. O por lo menos, conjugar muy bien las tres actividades económicas, si es que ello es posible. No puede ser que por la estrecha carretera forestal del Amogable te venga lanzado de frente a 80 km/h un enorme camión cargado de troncos y te pase por encima.

Desde Pinares son imprescindibles algunas excursiones por los alrededores. Desde Duruelo se accede a Castroviejo (1.580 m), un paraje con caprichosas formas rocosas y un excelente mirador sobre la comarca de Pinares. También desde Duruelo parte la ruta más bonita para ascender al pico de Urbión.


El Urbión desde la laguna Negra de Neila (Burgos).
(Fotografía: J.D.)

Pero la excursión más espectacular es llegarse hasta las lagunas de Neila, ya en la provincia de Burgos. Se accede desde Quintanar de la Sierra. Las lagunas de Neila son siete, en distintas terrazas y rodeadas de impresionantes pinares: laguna de las Pardillas, de los Patos, Brava, de la Cascada, Corta, Larga y Negra ya en la terraza superior, a 1.900 m, y la mayor de todas.

Laguna Corta de Neila (Burgos). (Fotografía: J.D.)
 
Fuera de la comarca de Pinares, pero no muy lejos de San Leonardo de Yagüe, podemos acercarnos hasta el cañón del río Lobos, excavado por el río homónimo. Yo he ido por Casarejos y luego descender hasta Ucero para recorrer a pie el cañón hasta el fondo, donde se halla la ermita románica de San Bartolomé. El páramo calizo sobre el cañón está poblado de un impresionante sabinar.

El autor de estas líneas en el cañón del río Lobos. (Fotografía: J.D.)

Por último, es obligada una visita a Soria y pasear por la calle del Collado. Seguro que dejas algunos euros, sea en mantequilla soriana, setas deshidratadas, torreznos... ¡o unas pastas almendradas de las Hermanas Clarisas!... ¡Ah! En Soria a veces me alojo en el Hotel Leonor, en el paseo del Mirón, y pido una habitación con vistas al Duero y al camino de San Saturio:

   ¿No ves, Leonor, los álamos del río
con sus ramajes yertos?
Mira el Moncayo azul y blanco, dame
tu mano y paseemos.

(Antonio Machado, CXXI, vv. 7-10)


Majada cerca de Santa María de la Hoyas. (Fotografía: J.D.)
 
(*) Pedro Gil Abad, Junta y Hermandad de la Cabaña Real de Carreteros Burgos-Soria (1983). 

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