Mientras tanto De Guindos hace los imposibles para
que el gobierno suba otra vez el IVA, como pretende —¡cómo no!— el
comisario Olli Rehn. Todo el mundo sabe, sin necesidad de ser
economista, que una nueva subida del IVA es el hachazo definitivo a
miles de familias, pero también a miles de comercios y pequeñas empresas
que no venden una escoba. Es otra avalancha de cierres de pymes y
comercios, y más personas a la calle sin trabajo. Y no se recauda más,
sino menos. Pero parece que a De Guindos le va en ello el prometido y
anhelado cargo de presidente del Eurogrupo, en sustitución de Jeroen
Dijsselbloem.
Les llamamos "políticos", pero no lo son. Son mercenarios a sueldo.
Lecturas recomendadas
- Juan Laborda, Las desigualdades, fruto del rescate a las élites (19-3-2014)
- Juan Francisco Martín Seco, La contrarreforma fiscal de la barbarie (20-3-2014)