10 de noviembre de 2020

(Tuits de reconfinamiento, 3.)

Tuit 223 - 8 noviembre
—Después de Trump será Tromp —dijo Aquilino— porque demagogos y charlatanes de feria los hay a paletadas. El problema no es Trump, sino los 70 millones que le han votado y le volverían a votar. Es decir, miramos el dedo y no la Luna, solo vemos a Trump y no los millones de excluidos y desahuciados en todas partes dispuestos a comprar demagogia por arrobas con tal de arañar una brizna de esperanza. Ese es el problema.



Tuit 224 - 9 noviembre
—Ese es el problema —siguió diciendo Aquilino— y no parece que vayamos a mover un dedo para aminorarlo. Ahora bien, el Capital tiene ya su solución: que los desahuciados dirijan su frustración y su odio hacia abajo y contra ellos mismos y no hacia arriba. La fórmula para ello es harto conocida y probada su eficacia y charlatanes no faltarán. Es por eso que la sombra de Trump es alargada, y mucho. ¿Ya no nos acordamos de Pegida, y cómo un simple delincuente común (Lutz Bachmann) con el pico de oro movilizó a decenas de miles de alemanes? Hoy sus herederos, Alternative für Deutschland (AfD), tienen 94 escaños en el Bundestag y son la tercera fuerza política de Alemania. ¿Sigo? Los Trump y el anarcocapitalismo solo simulan recular para tomar más carrerilla.



Tuit 225 - 9 noviembre
—No se trata de repartir caridad entre los desahuciados —prosiguió diciendo Aquilino—, como propone incluso la derecha, o de que los ultrarricos paguen un pellizco más de impuestos como han propuesto ellos mismos, sino de poner un bozal al capitalismo depredador a fin de que el beneficio insaciable de cuatro tarados y enfermos mentales no esté por encima de la supervivencia de la especie y del propio planeta, cuya extinción ya atisbamos (el coronavirus y otros que vendrán, son un aviso). Y el bozal debería empezar por el sistema financiero, por ejemplo nacionalizando en todas partes el sistema financiero de arriba abajo. Es inviable esa criminal aspiradora global y permanente de bienes y recursos que es la deuda, para beneficio de cuatro y la destrucción del resto.

Meneses decía también que de la misma manera que en las carreteras y autopistas hay limitaciones de velocidad, debería imponerse un límite a la riqueza personal. Da igual cuál sea ese límite, pero debe haber uno. Por ejemplo, quienes posean más de 200 millones de dólares, deberían regalar el sobrante a quienes gusten, so pena de confiscación forzosa de sus bienes. Obsérvese que ello no impediría que los tarados que no saben hacer otra cosa que acumular dinero, sin duda por falta absoluta de imaginación, puedan seguir ejerciendo su actividad preferida todo el tiempo que quieran, solo que cuando alcancen el límite deben regalar el sobrante a sus enemigos preferidos.

Meneses apuntaba también otras ideas, mucho más ambiciosas. Por ejemplo, trabajar gratis, y que todos los bienes producto de nuestro trabajo, siempre libre, estén a disposición gratuita de todos. Si eso tan sencillo se lograra, el capitalismo desaparecía por sí solo como el humo en dos días, sin necesidad de revoluciones ni algaradas, que solo sirven para cambiar la propiedad de manos, y sin que nadie echara de menos nada ni perdiera un átomo de sus comodidades actuales, sino todo lo contrario. En realidad, la inmensa mayoría seguiríamos trabajando como hemos hecho hasta ahora, salvo que trabajaríamos más a gusto y mejor, muchísimo mejor. Meneses añadía además, dirigiéndose a los teóricos, que esa es la única alternativa al capitalismo. No hay otra.

Obviamente, cabe la posibilidad de que alguien se apropiara de 200 viviendas para él solo. En esos casos, reunido un Comité ad hoc, se trasladaba a dicho individuo y sus 200 viviendas a un parque zoológico para que la gente pudiéramos sacar fotos de un ejemplar de antropoide averiado, que es lo que todavía somos.

Meneses todavía añadía una advertencia dirigida a los autodenominados anticapitalistas, y decía que ir contra el Capital o contra el capitalismo equivale a pelearse contra un fantasma, porque el Capital no es nada. El problema, decía Meneses, no es el Capital, sino la apropiación del trabajo humano, lo cual se corrige fácilmente regalando nuestro trabajo en vez de venderlo. Y ello va contra el corazón mismo no ya del Capital, sino de la propiedad, que es la madre del cordero. Así que comunistas y anarquistas históricos, pongan su reloj en hora.

Por último, Meneses acababa siempre sus discursillos pronosticando que de la misma manera que hay una Greta Thunberg contra el cambio climático, pronto habrá también una Greta X de la economía que clame por el fin de la venta del trabajo. En el futuro de la humanidad, si es que hay un futuro, el trabajo será libre y gratuito. No puede ser de otro modo.



Tuit 226 - 12 noviembre
—Al PSOE le cuesta entender que la única mayoría parlamentaria es la de la investidura.
Y nunca lo entenderá porque es un partido esquizofrénico, con unos dirigentes de derechas y unas bases de izquierdas, bueno, eso último es un decir. Por lo que respecta a Ciudadanos, con Rivera o sin él sigue siendo el partido de la España Una y la plaza de Colón, y ese camino debería ser intransitable a esas alturas, incluso para el PSOE. Y usted, don Cosme, ¿qué opina?

Que la investidura, digo, la aprobación de los Presupuestos, sigue en el aire. Prendo una vela a santa Rita para que ERC no desbarre a última hora.

(Continuará.)  







La República es una forma de Estado que en sí misma no garantiza nada. Ahora bien, la Monarquía Española garantiza la perpetuidad de la corrupción del Estado y por ende la imposibilidad de la democracia, puesto que corrupción y democracia son incompatibles. La Monarquía Española tarde o temprano conduce indefectiblemente a la dictadura
 

Imprescindible
- José Antonio Martín Pallín, El gobierno de las togas: por qué la judicialización no es la respuesta al problema catalán (10-11-2020)
-
Javier Pérez Royo, Ya está bien (13-11-2020)

Conviene leer
- Javier Pérez Royo, ¿Puede la inviolabilidad ser interpretada como patente de corso para delinquir? (9-11-2020), La tercera investidura (11-11-2020), Mayoría parlamentaria versus mayoría social (12-11-2020), Los puntos sobre las íes (18-11-2020) y Pedro Sánchez descubre el Mediterráneo (25-11-2020)
- Enric Juliana, Detrás de la tormenta de arena (19-11-2020) y Madrid, Distrito Fiscal (27-11-2020) vídeo

De por ahí
- Manuel Castells, Trumpismo con Trump (14-11-2020)
- Rafael Poch, Indicadores de la incertidumbre (24-11-2020)

6 de noviembre de 2020

(Tuits de reconfinamiento, 2.)

Tuit 222 (La sombra de Trump es alargada, y mucho) - 6 noviembre

Juan Torres López, Ni el confinamiento ni la pandemia son la causa de la catástrofe (6-11-2020)

—Vamos a ver si ordenamos algunas ideas empezó diciendo Melquíades. Hubo un importante banquero, no recuerdo su nombre, que más o menos dijo lo siguiente: "Dejadme a mí el control del dinero, que no importa quienes ganen las elecciones ni gobiernen, porque quien va a mandar soy yo." Si eso era cierto hace décadas, hoy es palmario. La demostración la tuvimos en 2008 cuando algunos responsables del expolio financiero en Estados Unidos fueron a declarar ante los jueces chascando los dedos y riéndose de todos. Por no hablar del bochornoso rescate bancario en España, estimado en 300.000 millones de euros (esa era la deuda de los bancos españoles con los bancos alemanes y franceses), y que pagamos todos de nuestro culo, destrozando la clase media y hundiendo en la miseria a un tercio de la población española. No hemos levantado aun cabeza, ni es fácil que lo hagamos. El responsable político del desastre por ahí anda tan fresco en Pontevedra, un troglodita parafascista convencido de que los de arriba mandan y los de abajo se joden. No está mal hundir en la inmunda todo un país con tal de salvar tres o cuatro bancos. Ahora bien, ¿nos van a devolver siquiera una limosna, esa manga de gánsteres?

Pues bien, en este siglo XXI el Capital ha decidido que los Estados y democracias liberales caen en la categoría de lo sobrante y pueden arrojarse a la basura por inservibles. Salvo el ejército y las fuerzas de seguridad, el Estado es un estorbo para el Capital, como un viejo trasto inservible. De ahí que el Capital se haya propuesto no solo desmantelar los "Estados del bienestar", que ha sido el tenaz empeño desde Reagan y Thatcher, sino liquidar in toto los Estados liberales y las democracias en todas partes, siempre molestas para el Capital se mire como se mire. Y la gente que nos apañemos como podamos, porque tampoco servimos para nada, según el Capital.

La teoría política denomina a esto anarcocapitalismo. Yo mejor lo denominaría anarcodelincuencia, pues el Capital no es más que delincuencia criminal. Es por esto que en muchas partes, y de manera paradigmática en Estados Unidos, vemos a mercenarios como Trump dispuestos a destruir lo que quede todavía del Estado democrático y el último que apague la luz.

Dicho esto, la pregunta es: si el Capital ya no necesita a la "fuerza de trabajo" (Marx), es decir, al ejército de trabajadores para la producción de bienes y servicios, entonces ¿de qué vive el Capital? La respuesta es simple: el Capital, hoy como antes, vive de robar, que según el diccionario es apropiarse por la fuerza de lo ajeno.

Se ha dicho muchas veces que la Revolución industrial del siglo XIX no hubiera sido posible sin la ingente explotación de las colonias. Fue el saqueo y el expolio sistemático de medio mundo por parte de media docena de países lo que permitió la acumulación de capital necesaria para levantar la Revolución industrial y el capitalismo de producción masiva y consumo de bienes. Ahora bien, entonces, ¿qué es lo sustantivo del Capital, la tan cacareada y paradisíaca producción de bienes, o el robo?

Hoy las "colonias" somos los propios países que antes aportamos ejércitos y carne de cañón para el saqueo de "nuestras" colonias, es decir, hoy las "colonias" somos nosotros mismos. El Capital ha decidido saquearnos hasta dejarnos con lo puesto, como antaño expolió las "colonias". La deuda es el instrumento de que dispone el Capital para expoliarnos de manera, digamos, "pacífica" (y no con cañones como en el colonialismo del siglo XIX). De ahí que el objetivo de los mercenarios al servicio del Capital sea endeudar los países y la gente particular hasta la quiebra para luego proceder al saqueo de la riqueza del país, la que sea, que todo se aprovecha, y exprimir las poblaciones como un limón. Suele ponerse como ejemplo reciente a Grecia, donde la delincuencia internacional solo ha dejado las piedras del Partenón. (Por cierto, un inciso: en España estamos a punto de caramelo, y menos mal de san Mario Draghi en 2012.) Eso es lo que debería explicarse a los niños en las escuelas, y no las tonterías de la oferta y la demanda. La macroeconomía de libro, que tanto le gustaba explicarnos a Solchaga cuando era ministro, es como una entretenida función de marionetas que nos distrae como a los niños de ver la realidad y menos entenderla.

En resumen, la conclusión es esta: gane o pierda Trump, el Capital continuará en todas partes su ofensiva (algunos hablan de contrarrevolución capitalista en toda regla) para liquidar las democracias y los Estados liberales y apropiarse de la riqueza de los países, incluido el suelo, el agua y hasta el aire que respiramos si pudiera envasarse. Y los indígenas de esos países, es decir, nosotros, nos va a tocar comer mierda como en Katanaga. Ese es el plan.

Adenda
Obsérvese que la anarcodelincuencia actual es justo lo contrario del fascismo: el fascismo es el Capital al servicio del Estado (y viceversa), un Estado que se erige en totalitario en cuanto ordena de modo exhaustivo la vida política, social y económica del país. En una palabra: en el fascismo, el Estado lo es todo. Mientras que el anarcocapitalismo pretende la destrucción lisa y llana del Estado y reducir los países a reservas indias donde si acaso el Imperio plante su forts imperiales. No me siento capacitado para establecer qué es peor, si lo uno o lo otro.

Por último, obsérvese también que la derecha en todas partes es "trumpista", en cuanto su objetivo es obstruir e imposibilitar por todos los medios imaginables el normal desenvolvimiento político e institucional de los países, hasta llevar las democracias al colapso, cuando no perpetrar golpes de Estado más o menos "blandos" y echar del poder a los gobiernos democráticamente constituidos, a los que sistemáticamente califica de "ilegítimos", "usurpadores" o lo que se les ocurra. "Métela en la cárcel", aconsejó Felipe González a Macri, refiriéndose a la ex presidenta argentina Kirchner. La derecha en todas partes es golpista, hooligan y mercenaria a sueldo de la delincuencia, y este no es un fenómeno de aquí o allá, sino global.

Es decir, después del hundimiento de la Unión Soviética, la caída del Muro de Berlín y la desaparición de la "amenaza" comunista en todas partes, este es el fenómeno global. 

Todavía una ultimísima observación. Algunos hablan de que nos hallamos en puertas de una plutocracia, previa liquidación de las democracias liberales. En este sentido, la foto finish de nuestro planeta sería un banquero idiota sentado sobre un montón de mierda. Sin embargo, no me parece que ese sea el diagnóstico acertado, porque la plutocracia (concepto decimonónico) implica alguna forma de gobierno, el que sea, pero aquí no hay ningún gobierno ni nada que se le parezca, sino todo lo contrario: el Caos, es decir, Estados fallidos y el saqueo y expolio de la riqueza del planeta por parte de una cáfila de vulgares delincuentes criminales que todavía nos empeñamos en llamar "capitalismo". Eso es todo.

Nos queda mucho todavía por entender a Trump.

(Continuará.)
 






La República es una forma de Estado que en sí misma no garantiza nada. Ahora bien, la Monarquía Española garantiza la perpetuidad de la corrupción del Estado y por ende la imposibilidad de la democracia, puesto que corrupción y democracia son incompatibles. La Monarquía Española tarde o temprano conduce indefectiblemente a la dictadura
 

Conviene leer
- Javier Pérez Royo, ¿Dónde se informa Pablo Casado? (5-11-2020)

De por ahí
- Enric Juliana, Adoración nocturna de Donald Trump (7-11-2020) vídeo
- Manuel Castells, La democracia en América (7-11-2020)
- Paul Krugman, Estados Unidos: ¿un Estado fallido? (6-11-2020)