El PSOE dice
que no quiere ser más PPSOE,
que quiere ser de izquierdas
y liderar la oposición.
¡Tracatrá!
—Me temo que lo que quiere el PSOE
—dijo Melquíades— es recuperar algunos votos. Eso es todo. ¿Y luego qué?
¿Repetir mil veces las elecciones y los noes hasta que consiga formar gobierno con Ciudadanos para seguir con las políticas de derechas? Sería una broma muy pesada.
Nota. De momento es "jota", no jeta.
Pero pronto sonará lo que tenga que sonar, y si forma o no gobierno
con Unidos Podemos, y entonces veremos si es jota o jeta, como es
habitual.
Nota 2. La situación política en España, bastante esperpéntica, es esta: el PP es un partido imposible,
cuya única salida es la disolución, ahora o pasado mañana. Por su
parte, el PSOE, el otro muerto viviente del régimen, pretende erigirse
en protagonista político a costa de un partido difunto, muerto de
corrupción. Ojalá lo consiga. Pero lo veo difícil porque
entonces el PSOE debería ser de izquierdas (*), como canta la
jota, y eso sí que sería una novedad en este PSOE de Suresnes.
¡Sorpréndenos, Pdr Snchz! ¿Será Pdr Snchz el Jeremy Corbyn español?
¡Oh!
De momento, los ciudadanos asistimos
entre aburridos, irritados y estupefactos a la triste agonía de los
partidos del régimen, amenizada por el tragicómico espectáculo de un
Ciudadanos que sacrifica su credibilidad (¿la tuvo desde cuándo?) para
servir alternativamente de salvavidas a uno y a otro, sin demasiado
éxito.
(*) Nótese que el timo del programa de derechas ya está visto.
Es decir, presentar a Unidos Podemos un programa de derechas, que el
PSOE vende como de izquierdas, y luego echarle la culpa a Unidos Podemos
de ir a unas terceras elecciones por negarse en redondo a aceptar la
estafa. Esperemos que no sea eso lo que tenga Pdr Snchz —¡otra vez!— en
mente, porque sería acabar con la paciencia del santo Job.
Modestamente, creo que el tiempo de marear la perdiz y tomar el pelo ya
ha terminado. Hay que formar gobierno, y sin el PP. Más difícil es
colgarse de los cataplines en lo alto del peñón de Ifach. Por lo tanto,
formar un gobierno PSOE-UP es estrictamente un asunto de voluntad política, y si fracasa es que esa voluntad política no existe ni ha existido y se pondrá de manifiesto toda la comedia del no
del PSOE, cuya única finalidad habrá sido la de tener un glorioso
minuto de protagonismo antes de expirar como partido, algo así como el
canto del cisne.
Y una última consideración: frustrar
las esperanzas de millones de ciudadanos, como son los votantes del
PSOE-UP y otros partidos afines, no es gratis, y puede que por querer
arañar unos votos estafando a los electores con falsas esperanzas, el
PSOE se lleve una sorpresa y se hunda hasta las alcantarillas en las
próximas elecciones. Por el momento, y hasta que veamos lo contrario, diga sí o diga no al PP, el PSOE es el partido que impide
el cambio en este desdichado país, y permite que un partido que debería
ser disuelto de oficio, siga en el poder, mangoneando el BOE y
manoseando las instituciones a su antojo. Y de paso nombrando al ex
ministro dimitido Soria para el Banco Mundial, el mismo día de la
investidura fallida, que vendría a ser la respuesta personal de Rajoy
Brey al no del Parlamento, como si dijera: "Vean ustedes por donde me paso el no
de este Parlamento y toda la monserga de la corrupción y la
'regeneración': ¡por el forro! Así que, vayan tomando nota." Y para
rubricarlo se reúne con Temer en la cumbre del G-20 y mañana lo hará con
el amigo común Macri. ¡Corruptos del mundo, uníos! Los delincuentes golpistas se conchaban bajo el paraguas del Imperio, eso sí, a cambio de unas cuantas bases militares (Forts) y la sumisión debida.
Y todavía una ultimísima observación:
si la política fracasa, vienen las dictaduras y la violencia de Estado.
Por lo tanto, no es poca la responsabilidad de este PSOE en el cual,
personalmente, mi confianza es cero.