7 de septiembre de 2016

(Demasiada candidez.)

—Mientras las supuestas "izquierdas" sigamos tocando el violón y cerremos los ojos frente a genocidios como el de Grecia —dijo Melquíades—, perpetrado a la luz del día y a la vista de todo el mundo, no iremos a ninguna parte. El futuro de Europa es nulo. A veces pienso que a la izquierda le sigue sobrando demasiada demagogia y candidez. La demagogia suple la falta de ideas, ni claras ni turbias, y es ampliamente compartida con la derecha, mientras que la candidez es creer que el mundo, en realidad, es de color rosa. Históricamente, la candidez es un subproducto de desecho netamente burgués, y la izquierda cándida los tiernos retoños de aquella burguesía criminal, colonialista y depredadora. De ahí lo inofensivo de estas izquierdas desdentadas. Ahora bien, lo peor para la izquierda —concluyó Melquíades, quizá afectado por un golpe de calor— es ser inofensiva, pues entonces cae en la categoría de lo sobrante, que decía Nietzsche. En fin, pilas.

Lecturas recomendadas
- Pedro Olalla, Grecia: radiografía de un Estado fallido (7-9-2016) 
- James K. Galbraith, From the destruction of Greece to democracy in Europe (22-8-2016)

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