Ha pasado un año y aquí no ha dimitido absolutamente nadie. Es insólito.
Ni la ministra de los globitos, ni el ministro más impopular de toda la
historia reciente de España, desde Germán Gamazo a esta parte. Por no
dimitir, no ha dimitido ni el presidente del gobierno.
—En política —proseguía diciendo Meneses— sólo se dimite
por razones éticas. A partir de aquí, es fácil comprender por qué no ha
habido dimisiones ni ceses en este gobierno. Lo raro hubiera sido lo
contrario.
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