No me extraña que los jóvenes quieran marcharse del
país. Ellos no quieren vivir este lamentable y patético neofranquismo, y
hacen bien. Con que lo vivieran sus padres es más que suficiente. Lo
malo es que se van los mejores, y aquí sólo queda lo peor. Mal asunto.
Neofranquismo que no es más que una
tapadera para garantizar la impunidad de los delincuentes y seguir
robando y saqueando el país, que es de lo que se trata, hoy como ayer.
Lecturas recomendadas
- Pablo Padilla, Ayer fueron los anarquistas. Mañana puede ser usted (17-12-2014)
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