—Sustituye AKP por PP, y más o menos es lo mismo
—dijo Barrantes—. Salvo que el PP jamás ha hecho nada por el "pueblo".
Sólo por "¡España!", es decir, ellos, y a los españoles que los zurzan.
Pero salvando esa mínima diferencia, la corrupción es idéntica. Ahora
bien, la corrupción es siempre opaca, y ni en España ni en Turquía nos
damos cuenta de que la corrupción es tremendamente cara y que la pagamos
todos, y también nuestros hijos en forma de deuda. Y seguimos sin
darnos cuenta, que es lo fuerte. En el mejor de los casos, como en
Turquía, los ciudadanos vemos la carretera asfaltada ("¡por fin, alguien
que hace algo por nosotros!"), pero el sobrecoste del 30 %
queda oculto. Y en el peor de los casos, como en España, es la
corrupción pura y dura, a lo bestia, y con la alegría de disparar con
pólvora ajena y dinero regalado: aeropuertos sin aviones, autopistas
radiales vacías y un monstruoso etcétera, al final todo ello convertido
por arte de birlibirloque del PP en 1,1 billones de deuda pública,
el mayor endeudamiento de la historia. Que en Turquía haya votantes del
AKP a cambio de carreteras asfaltadas, puede entenderse hasta cierto
punto, pero que en España haya votantes del PP a cambio de aeropuertos
sin aviones, estaciones de AVE sin pasajeros y autopistas vacías, no lo
entiende ni Dios. Esa es la mínima diferencia entre delincuentes comunes
y delincuentes disfrazados de populismo prefascista.
Lecturas recomendadas
- Andrés Mourenza, Turquía. Si necesitas algo, está el Partido (11-4-2017)
- Amanda Andrades, Yavuz Baydar: "Erdogan solo busca más poder para salvar su futuro político" (14-4-2017)
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