8 de febrero de 2019

(Notas al margen, 3.)


—¿Y no va el rey a la manifestación?
—España es una monarquía parlamentaria.
—Ah.



—Estaba claro que el ¡A por ellos! contra los catalanes se iba a traducir, más temprano que tarde, en el ¡A por ellos! contra la mitad de los españoles. 

En España —siguió diciendo Meneses—, monarquía y democracia son incompatibles. Eso lo sabe muy bien el rey y por eso va a lo que va. También lo sabían los políticos españoles de los años 30, que después de la dictadura de Primo de Rivera, apoyada por el rey Gutiérrez, tenían bien claro que había que echar al rey como condición previa sine qua non para el establecimiento de un mínimo de democracia y justicia social en España. Pero Franco reinstauró la monarquía, y vuelta a empezar. Este es un país de pesadilla en el que desde el siglo XIX la monarquía y toda la corrupción parásita del Estado que cuelga de ella, vuelven una y otra vez como una mala digestión.


(Respuesta a Juliana, ¿Qué cabe esperar?)
—¿Pero qué cabe esperar en un país donde hasta las izquierdas son monárquicas?
—Nada. No cabe esperar absolutamente nada. 


(Diatriba de Meneses.)
Tienen harta razón los independentistas catalanes, y aun muchos que no somos independentistas prosiguió diciendo Meneses, en querer perder de vista esa tronada monarquía española, que a lo más moderno que llegó fue a 1680, fecha del Auto de Fe en la plaza Mayor de Madrid, y en la que se detuvo para siempre la hora del Imperial reloj de España. Ahí es donde pretenden regresar los Casado, Abascal y otros descerebrados para los cuales cualquier cosa es mejor que estudiar y trabajar, como llevan haciendo los catalanes hace siglos, al margen y a pesar de la España petrificada en 1680, sino vivir de la rapiña, que es, para algunos, el oficio más honrado para un español que se precie, tal como nos enseñó el Cid con su ejemplo, que a las puertas de la rica ciudad de Valencia antes de saquearla, llamó a su esposa e hijas para que vieran con sus ojos "cómo se gana el pan" (*). ¡Tela! Eran los albores de la España imperial, la de la espada y la cruz: la espada para robar, la cruz para bendecir el expolio. La tradición del Cid, tan española, ha llegado intacta hasta nuestros días. Lo malo es que ya no hay nadie a quien robar y saquear, ni moro ni judío, y las Indias y colonias ha tiempo se esfumaron. Adivina a quiénes les toca ahora el desplume, y lo peor es que esos mismos desplumados son los que votarán mañana a la extrema derecha y saldrán a la calle a berrerar como antaño otra vez, y las veces que hagan falta, aquel espantoso ¡Viva mi dueño!

¡Helos! ¡Helos ahí, en la plaza de Colón!

(*) "entraré en las armas, non lo podré dexar; / mis fijas e mi mugier veerme an lidiar; / ... / afarto verán por los ojos cómmo se gana el pan" (Cantar de Mio Cid, vv. 1640 ss.). 



(Alerta.)
Planchar Cataluña (es decir, aplicación indefinida del 155, ilegalización de partidos y organizaciones independentistas, cierre de TV3..., en fin, ulsterización de Cataluña como consecuencia), que son las órdenes del jefe de Estado como única salida a la crisis de Cataluña, y que han decidido materializar si llegan al poder los tres partidos de extrema derecha Vox-PP-C's, tendrá esas dos consecuencias, que enuncio de manera breve:

- Quiebra de España. La cual, a diferencia de 2012, no podrá ser evitada por san BCE. Ya algunos grandes bancos (JP Morgan, Merrill Lynch) están alertando a los inversores internacionales al respecto. Qué ocurra en la UE después de la quiebra del cuarto país miembro, habrá que verlo.
- Segundo, presumiblemente, dada la situación de deterioro y conflicto: declaración del estado de excepción en toda España, autogolpe de Estado (civil o militar) y fin de la democracia en España. La monarquía, sigue.

Ese es el futuro que nos espera con Vox-PP-C's. Evidentemente, en un país quebrado hay mucho negocio para los comisionistas de fondos buitre. No es política ficción, es adonde vamos. 


Por lo menos, sepamos lo que hacemos y sus consecuencias. 

Fuera de nuestras fronteras alucinan que España tenga en su agenda política destrozar la comunidad autónoma que es la columna vertebral de la economía de España. Y ello en un Estado con 2 billones de euros de deuda externa. Planchar Cataluña es una locura, pero el caso es que a nadie importa si España se va a la ruina y por el agujero del desagüe. Un país es libre de suicidarse. Todo sea por la unidad de España, supuestamente amenazada según los delirios de algunos (*). 

(*) ¿No fue precisamente un militar español el que preguntó hace unos meses, con sensatez militar, cuántos aviones tenía Puigdemont? ¿Puede amenazarse la unidad de España, como mucho, con un tirachinas? La pregunta es: ¿a quién le interesa propagar la mentira de "España se rompe", y por qué? Si España no se ha roto en cinco siglos, con cuatro guerras civiles carlistas por en medio, es que es irrompible. Pero este es otro tema. Lo importante es que hay mucha gente que, merced a los embustes y la propaganda de la derecha, compra de buena fe el que la unidad de España está amenazada, y por eso sale a la calle con banderas, enardecida, como si estuviéramos a punto de ser invadidos por una potencia extranjera enemiga. ¿Quiénes se beneficiarán de que nos vayamos por el desaguadero?

... Y lo contento que estaba el rey con tantas banderas en los balcones. Ya vendrán luego Borrell y Vargas Llosa a soltarnos discursitos contra los nacionalismos. Por lo visto, para algunos el nacionalismo es como el colesterol, que lo hay del bueno y del malo: el español es bueno, el catalán es malo. Es fácil. 

Lo peor es que algunos españoles parece que ya han encontrado a su enemigo, que es la otra mitad de españoles: primero el enemigo eran los separatistas catalanes, a los que había que destruir, y en eso estamos, con todo el Estado ¡a por ellos! y como sea, y ahora por último los enemigos somos todos aquellos que no berreamos desaforados ¡Viva España! y profesamos el catecismo monárquico-fascista, es decir, la anti-España. Peor, imposible. O, como dice Pdr Snchz, que a veces tiene también sus momentos iluminados, bonita manera de defender la unidad de España dividiendo a los españoles, en vez de unirlos. Ahora bien, los irresponsables que están sembrando el odio en España, tienen su dinero en Delaware y las maletas hechas. Irresponsables no, pura delincuencia envuelta en la bandera. 

(Continuará.)




Mesa redonda: "El model d'organització territorial: és necessària una reforma del disseny actual?" (Universitat de les Illes Balears), enero 2009. Participan Javier Pérez Royo, Joan Oliver Araujo, Eliseo Aja y Enric Juliana



Imprescindibles

- Miren Etxezarreta, Despropósitos (8-2-2019)
Gracias, Miren. Tu artículo es un consuelo y un montón de sentido común en ese Caos. Ahora bien, el problema, Miren, es que los políticos, todos, están atrapados por las órdenes del jefe de Estado: planchar Cataluña. ¿Quién va a contravenir esa orden? No es Vox quien tira de la derecha hacia la extrema derecha, es el rey quien tira de Vox y de todos. Y eso no tiene solución. La única solución es que el rey rectificara su discurso del pasado 3 de octubre, pero no lo hará. No lo hará porque ya ha elegido lo que ha elegido. La monarquía española es radicalmente incompatible con la democracia y tarde o temprano tenía que llegar lo que está llegando.

- Editorial / ctxt, Necesitamos más traidores a la patria (8-2-2019)

Lecturas recomendadas 
- Jordi Barbeta, Pedro Sánchez, como Hillary Clinton, "¡a la cárcel!" (7-2-2019) y Pedro Sánchez, contra las dos cavernas (11-2-2019)
- Enric Juliana, ¿Qué cabe esperar? (8-2-2019), La tentación de mayo (9-2-2019) y Sánchez sale vivo de Colón (11-2-2019)
- José Antich, Una manifestación contra Cataluña (8-2-2019) 
- Carta de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, a las instituciones europeas (Comisión Europea, Parlamento Europeo y Consejo Europeo) (9-2-2019)
- Javier Pérez Royo, El caballo de Troya del Estado de las autonomías (9-2-2019) y Moción de censura frustrada (10-2-2019)

De por ahí
- Manuel Castells, ¿Intervención en Venezuela? (9-2-2019)

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