Dejando de lado el carácter endógeno del dinero
(son los bancos los que crean dinero por medio de la concesión de
préstamos), la historia del austericidio se puede contar en dos líneas:
entre 2000 y 2008 los bancos concedieron créditos masivamente a
sabiendas de que no serían recuperados. No importa. Luego, previo
traslado de esa deuda privada (financiera y no financiera) a los
Estados, exigen ahora su devolución, saqueando la Eurozona. Las
políticas de austeridad son la fase crítica de este saqueo, en que la
deuda pública actúa como una potente aspiradora de rentas, las cuales
van desde los exhaustos bolsillos del 99 % a los bolsillos del 1 %. Un
país sometido a la implacable exprimidora de la deuda (deuda que además
aumenta de manera inevitable) no tiene ningún futuro, y su población
sólo tiene dos opciones: cavar un hoyo y meterse dentro, o hacer las
maletas y emigrar. Señalemos dos responsables del expolio: el IV Reich
alemán y el BCE, ambos al servicio exclusivo del Capital. ¿Cómo acabará
esta pesadilla? Acabará que Europa, destruida e irrelevante, será
utilizada —una vez más— como peón contra Rusia. Sigamos votando a Mutti Merkel y a gobiernos fascimercenarios estilo PPSOE.
Lecturas recomendadas
- Alejandro Nadal, Creación monetaria y la crisis en Europa (18-2-2015)
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