10 de abril de 2016

(A ti que estás mirando, también te están robando - 15M. Continuación.)

—En 2010 —decía Meneses— pensaba que todo el quid estaba en Francia: ¿qué hará Francia? ¿Sucumbirá también, o se plantará frente al expolio? Bien, pues ya estamos en ello. De momento ya se ha visto lo que han hecho los de arriba (la oligarquía y el infame gobierno mercenario a su servicio), ahora falta por ver lo que haremos los de abajo.

—Corro a prender una velita...

—Después de todos estos largos años, que parecen siglos, somos muchos los que todavía no acabamos de enterarnos de lo que ocurre. Si fuéramos negritos africanos —siguió diciendo Meneses—, habríamos entendido lo que ocurre desde el primer minuto, pues en realidad el saqueo de Europa no es más que una continuación del expolio sistemático a que sometimos las colonias durante 500 años, y todavía sigue. Así pues, nada nuevo, por más que nos sorprenda que los saqueados seamos ahora nosotros. Y es que el Capital sólo sabe robar, y expoliado el Tercer y Cuarto Mundos, ahora van a por el Primero, en un proceso de salvaje autofagia. Y todavía hay quien sigue hablando de la "crisis", algo que personalmente me pone enfermo. ¿Qué "crisis"? En todo caso, la "crisis" la tenemos nosotros, no el 1 %.

Recuerdo de pequeñito —prosiguió Meneses— que en el colegio me explicaban, probablemente un profesor ingenuo y bienintencionado, que el capitalismo es bueno porque produce bienes. Yo quise hacer la comprobación experimental de esta afirmación, impregnado como estaba de espíritu científico, y un día puse sobre la mesa un estupendo billete de 1.000 pesetas de las de entonces, y le dije: "Mira, voy a dar un paseo, y cuando regrese, por favor, me gustaría que hubieras construido una silla, o si te parece excesivo, construye por lo menos un taburete de tres patas." Y me fui a dar una vuelta, convencido de que, tal como explicaba el profesor, es gracias al Capital que disponemos de todos los bienes que disfrutamos. Sin embargo, a la vuelta del paseo el billete estaba exactamente en el mismo lugar de la mesa donde lo dejé, ni se había movido un pelo, y ni rastro de silla ni taburete. Desde entonces me convencí de que eso de que el Capital produce bienes es la mayor patraña que se le ha ocurrido a nadie. Pero entonces, ¿de dónde salen todos los bienes que tan útiles nos son? Muy fácil: de nuestro trabajo. Es tan simple que todo el mundo lo entiende, excepto algunos economistas. El Capital jamás ha producido nada, ni siquiera una cabeza de alfiler, lo único que hace es apropiarse de nuestro trabajo, es decir, robar. Y encima de robarnos, nos mata de hambre, como ahora estamos comprobando en carne propia, y puede que hasta acabe con el planeta, porque el "cambio climático" va muy en serio. 

Y otro día hablaré de la única —sí, única— alternativa al nefasto capitalismo: trabajar gratis. Pero eso requiere otra explicación.


Lecturas recomendadas 
- Rafael Poch, La Nuit Debout se instala en la plaza de Francia (8-4-2016)

No hay comentarios:

Publicar un comentario