24 de junio de 2016

(Brexit, y lo que viene.)

Hoy Meneses estaba apesadumbrado y contento a partes iguales. Apesadumbrado porque los ingleses han decidido suicidarse solos. Contento porque el hecho de que un país convoque un referéndum para decidir algo tan trascendental, y encima el primer ministro dimita, es algo admirable. Eso aquí en nuestro país semi feudal no lo veremos ni en los próximos quinientos años, al paso que vamos. Dicho esto, prosiguió:

1) El Brexit es el resultado de que a nadie le gusta la bota alemana, que es la bota de los intereses del Deutsche Bank. No hemos nacido para tapar el agujero del Deutsche Bank y cuatro bancos más. Y eso se tiene que acabar. Ese es el mensaje. 

2) ¿Que es repugnante el nacionalismo? Desde luego. Pero más repugnante es que se arruine la vida de millones de personas y se secuestre el futuro de los jóvenes para que un ínfimo puñado viva de manera indecente. Y la gente en todas partes opta por el nacionalismo, incluso en Alemania, que ya tiene mérito. Cree, muy equivocadamente, que el nacionalismo le protegerá del expolio, y es todo lo contrario porque los expoliadores también están en casa, como sabemos muy bien aquí en España. 

3) Pero, de momento, esta UE tiene los días contados si no hay un cambio drástico y los políticos dejan de ser mercenarios y abandonan la sumisión a los poderes financieros, lo cual parece impensable. 

4) El horroroso espectáculo del avasallamiento, la destrucción y reducción de Grecia a protectorado alemán, ha sido el hecho definitivo que marca un antes y después en esta UE. Todo el mundo ha tomado buena nota de lo ocurrido en Grecia, y ha llegado a la conclusión de que si esto es la UE que nos espera, mejor apearse a tiempo. 

5) Dicho todo lo anterior, lo peor es que los partidos y movimientos de extrema derecha, ultranacionalistas y xenófobos, son quienes están capitalizando en toda Europa el descontento de la gente, tal como se ha visto en el Reino Unido. Una vez más, el Capital se anticipa a una izquierda que, de momento, es casi inexistente (gracias en parte a los partidos socialdemócratas que todavía se arrogan la representación de la izquierda, cuando es todo lo contrario: son el tapón y el verdugo de la izquierda allí donde aparezca). El futuro previsible de esta epidemia ultranacionalista es que dentro de pocos años lo único que vamos a tener en común los europeos será la OTAN, además del gran clásico de todo discurso xenófobo: echar la culpa de todos los males a los más débiles. 

6) Es evidente que los dirigentes políticos de esta UE deberían reflexionar sobre ese descontento generalizado de la gente, y acordarse que además de bancos también hay ciudadanos en Europa. Pero no harán ninguna reflexión porque son mercenarios al servicio del Capital, y al Capital le va muy bien esa deriva fascista de Europa. Se ha repetido millones de veces que capitalismo y democracia son incompatibles.

7) Conclusión: un futuro de pesadilla que según algunos recuerda los años 30 del siglo pasado. Sólo faltará el rearme militar de Alemania, una antigua aspiración del siniestro Schäuble, y ya tendremos todos los ingredientes a punto para el desastre. No olvidemos que para el Imperio, que es quien mueve los hilos en este desquiciado continente, Europa no es más que un peón contra Rusia. Hitler fracasó, pero el Imperio no desiste, y la estupidez de Alemania parece tan insondable ahora como entonces. 

Y 8) sólo el resurgir de una "nueva izquierda", que refunde Europa desde abajo, es la única alternativa a esta desastrosa y más que anunciada desintegración por entregas de esta mafiosa UE alemana.

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Andando el tiempo, el discurso anterior sería conocido como el "Manifiesto de Meneses contra la bota alemana".

Lecturas recomendadas
-  Editorial / La Jornada, Europa se desgaja (24-6-2016)
- Alejandro Inurrieta, El Brexit abre un proceso constituyente en la UE (25-6-2016)

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