(Tribunales de excepción.)
—¿Qué es violencia y alzamiento violento (art. 472 CP)? Violencia será lo que invente el Tribunal Supremo que es violencia. Y violencia para el Tribunal Supremo será, presumiblemente, cualquier cosa menos violencia ("miradas de odio", "clima insurreccional", "ambiente casi prerrevolucionario", "concentración tumultuosa", el detergente Fairy como insospechada arma contra las Fuerzas de Seguridad...). ¿Cuántos tiros hubo en esa rebelión? ¿Cuántos muertos? Podríamos denominarlo violencia simbólica o imaginaria, la cual solo es violencia en la fantasía de los jueces y fiscales. Nótese de paso que los calificativos "clima insurreccional", "ambiente casi prerrevolucionario", "concentración tumultuosa" o similares, son prácticamente aplicables a cualquier manifestación pública ciudadana de protesta. La consecuencia de una probable definición penal elástica, creativa, de violencia, es que en España cualesquiera disidentes podrán ser condenados por rebelión (!). Delitos imaginarios y condenas astronómicas bien reales. Por otra parte, nada nuevo porque lo mismo ya viene ocurriendo con los delitos de enaltecimiento del terrorismo (art. 578 CP) o de odio (art. 510 CP). Ejemplo brutal, Altsasu. Ríete de la Ley Mordaza. El Régimen monárquico-franquista está reescribiendo un nuevo Código penal, que ya podríamos denominar de fantasía, para meter en la cárcel con penas disparatadas a quienes les dé la gana, como en Turquía (allí con los delitos estrella de terrorismo y contra la seguridad del Estado), y la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo están a un paso de convertirse en los nuevos tribunales de excepción. De hecho lo son ya. Nada que envidiar al Régimen de Franco, penas de muerte aparte. Y lo que diga Europa se lo pasan por el forro. A quién le importa que en España haya una justicia distinta al resto de países europeos, y que aquí sea delito lo que no lo es en Europa.
¿Podrá gobernarse España a base de terror policial y judicial, como bajo el Régimen de Franco? El Régimen monárquico-franquista parece convencido de que sí.
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—Desde 2014 en España estamos asistiendo a un golpe de Estado solapado y progresivo por parte del Régimen monárquico-franquista, que es quien manda, y el cual se cree dueño y señor de España y propietario perpetuo de toda su riqueza presente y futura, por legítimo derecho de conquista. Sea como fuere, en un Estado autoritario y centralizado se roba más y mejor y además impunemente, que es de lo que se trata.
Regresamos al franquismo sin Franco, de la mano de su heredero. Huelga decir que la democracia y los derechos humanos importan un bledo. Las dictaduras solo sirven para llenarse los bolsillos, no para servir al bien común. Eso es todo.
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—No hay tres partidos de la derecha, sino uno, porque los tres tienen el mismo dueño. Es la clásica fórmula comercial de la "diversificación de producto": tengo un solo producto pero lanzo al mercado tres marcas A, B, C. Si no te gusta A, compra B, y si no te gusta ni A ni B, compra C. Lo importante es que compres. Pues Vox-PP-C's es lo mismo. Es el Frente Monárquico-franquista, el producto político del Régimen pero diversificado en tres marcas para rebañar sin pérdidas todo el voto de la derecha. Con eso la derecha sueña con imponerse a una España que, según los sociólogos, es de centro-izquierda (!). ¡Ah! Y el PSOE de Suresnes es la marca blanca, para así acabar de rebañar los votos no solo de todo el espectro de centro-derecha, sino hasta de la izquierda despistada. No nos representan, ni nos van a representar, porque los partidos mercenarios solo pueden representar los intereses de quienes los financian.
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"¿Sabes por qué soy votante de Unidas Podemos desde el primer día? —le confesó en cierta ocasión Meneses a Aquilino—. Solo por un detalle: porque nunca han recurrido a los bancos para financiarse. Ese es el quid. Porque quien recurre al dinero de los bancos, es propiedad de esos bancos, y serán esos bancos quienes dicten su política y manden en el partido. Es de cajón. En suma: votar a un partido que debe dinero a los bancos es la manera más estúpida de tirar el voto a la basura."
—Nadie se sorprenda si el gobierno del PSOE es incapaz de acabar con las cloacas del Estado, según afirma Pablo Iglesias, porque los implicados en ellas son demasiado poderosos como para que pase nada. Y así con todo.
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—En España todo lo que no es Cataluña y País Vasco, es Vox. Rey, ejército e Iglesia. Más luego toda la delincuencia parásita del Estado dedicada al expolio permanente del país, mientras haya algo que robar (el llamado oportunamente "capitalismo castizo"). Y todavía hay quien se pregunta por qué catalanes y vascos han dicho se acabó.
Y más aún desde que el Régimen monárquico-franquista puso en marcha un proceso de involución (en realidad, autogolpe de Estado), que no es de ahora, sino que arranca de manera irreversible en 2014, y tuvo su origen en el pánico de las élites por el movimiento del 15-M 2011 y especialmente el auge de Podemos. Cataluña ha sido la coartada para la involución, pero no la causa, como suele creerse a veces.
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(Cloacas del Estado.)
—Unidas Podemos ha sido atacada por tierra, mar y aire, como ninguna otra formación política ha sido atacada jamás en Europa, ni siquiera Syriza cuando ganó las elecciones griegas en 2015. Aun así, el partido ha logrado sobrevivir. Lo positivo es que es un acoso irrepetible.
Yo animaría a Unidas Podemos a enarbolar la bandera de la República, que es la bandera de todos los españoles, y a cambiar el nombre de la formación por Unidas Republicanas. Vale, he copiado la idea de Pedro Barrantes.
República, y barrer de una vez al franquismo del Estado. Esta es la fórmula, nada original, para que sea posible la democracia en España.
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(Con la Iglesia hemos topado.)
—Si la homosexualidad se puede curar, también se puede curar la heterosexualidad. Como dirían en Colombia, ¡qué mamera!
Con la Iglesia no se puede discutir, y menos razonar, porque en última instancia siempre remiten al argumento de (máxima) autoridad: Dios dice que..., y se acabó la discusión. ¿Quién va a discutirle a Dios? Las iglesias, y no solo la católica, son organizaciones medievales incrustradas en nuestras sociedades mayoritariamente civiles. Esa pervivencia anacrónica de las iglesias es posible porque en nuestras sociedades hay gente que lleva el reloj francamente atrasado, y no solo vive en la Edad Media, sino hasta en Atapuerca. El otro día, sin ir más lejos —siguió diciendo Meneses—, me topé con don Atanasio, romano de pro...
- Javier Pérez Royo, ¿Hasta cuándo? (7-4-2019)
(Continuará.)
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Javier Pérez Royo, "Cataluña, España: Los porqués del desorden constitucional", conferencia en el ciclo "Diálogos sobre Cataluña" (10-4-2019) audio
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Los jóvenes piden una III República en Madrid: "monarquía para mí no es democracia" (14-4-2019)
La monarquía española es la garantía de la permanencia del franquismo en las instituciones del Estado (ejército, judicatura, alta administración, fuerzas y cuerpos de seguridad..., más la delincuencia del "capitalismo castizo" o "de amiguetes" que parasita el Estado), lo cual equivale a decir que la monarquía española es la garantía de la continuidad de la corrupción (*). Corrupción que se fundamenta en la impunidad. La inviolabilidad del rey (art. 56.3. CE) —caso único en las monarquías de nuestro entorno— es el paradigma de dicha impunidad y lo que define la esencia del Régimen monárquico-franquista. Evidentemente, corrupción impune y democracia son radicalmente incompatibles.
Es esa corrupción impune lo que el Régimen monárquico-franquista intenta ahora salvaguardar, y a ser posible, eternizar. Lo que algunos llaman "involución democrática" no es más que un golpe de Estado solapado por parte del Régimen monárquico-franquista, destinado a tal fin, y el cual arranca de manera irreversible en 2014. Tomen nota los historiadores de mañana porque el actual sí es un golpe de Estado "modélico".
Nota bene sobre la corrupción. Corrupción no es lo que pillan cuatro rateros, que a veces incluso recalan en los juzgados, aunque rara vez pisan la cárcel si no es para entrar por una puerta y salir por la otra. Corrupción es que los bancos no hayan devuelto ni un euro de los 60.000 millones de euros del rescate bancario, y si no han devuelto un euro —salvo migajas que ya se cobrarán por otra vía— es porque el Estado no se lo exige, y si el Estado no se lo exige es porque... (completa tú mismo la frase). Corrupción es también lo que pagamos cada mes por el desorbitado recibo de la luz, un robo sin paliativos. Dos ejemplos entre mil. Corrupción es que un puñado de ladrones, de dentro y fuera del país, se llenen los bolsillos a costa de que todos los demás nos hundamos en la pobreza y la miseria. Corrupción es la maldición crónica de las repúblicas y monarquías bananeras en todas partes del mundo. Pues bien: la monarquía española es la garante última de la continuidad de la corrupción en España. Por eso está ultraprotegida (... incluso con la bochornosa reliquia del delito de injurias a la Corona, arts. 485 a 491 CP, por el cual ya fue condenado Miguel de Unamuno a 16 años de cárcel, en 1920, por la publicación de dos artículos "injuriosos" en El Mercantil Valenciano, y después de Unamuno han seguido unos cuantos más hasta llegar hoy mismo a los raperos Hasel y Valtonic, o por la sonora pitada en la final de la Copa del Rey de 2015, lo cual roza el esperpento... y luego que nos expliquen las diferencias entre monarquía y monarquía parlamentaria, etc.).
(*) El aspecto más definitorio del Régimen franquista fue la corrupción, hábilmente administrada por Franco para premiar la lealtad al Caudillo invicto. Por otra parte, dictadura y corrupción son prácticamente sinónimos, en España como en todas partes. Véase el excelente libro de Borja de Riquer, La dictadura de Franco, Barcelona, Crítica / Marcial Pons, 2010, Historia de España dirigida por Josep Fontana y Ramón Villares, vol. 9.
Nota bene sobre la corrupción. Corrupción no es lo que pillan cuatro rateros, que a veces incluso recalan en los juzgados, aunque rara vez pisan la cárcel si no es para entrar por una puerta y salir por la otra. Corrupción es que los bancos no hayan devuelto ni un euro de los 60.000 millones de euros del rescate bancario, y si no han devuelto un euro —salvo migajas que ya se cobrarán por otra vía— es porque el Estado no se lo exige, y si el Estado no se lo exige es porque... (completa tú mismo la frase). Corrupción es también lo que pagamos cada mes por el desorbitado recibo de la luz, un robo sin paliativos. Dos ejemplos entre mil. Corrupción es que un puñado de ladrones, de dentro y fuera del país, se llenen los bolsillos a costa de que todos los demás nos hundamos en la pobreza y la miseria. Corrupción es la maldición crónica de las repúblicas y monarquías bananeras en todas partes del mundo. Pues bien: la monarquía española es la garante última de la continuidad de la corrupción en España. Por eso está ultraprotegida (... incluso con la bochornosa reliquia del delito de injurias a la Corona, arts. 485 a 491 CP, por el cual ya fue condenado Miguel de Unamuno a 16 años de cárcel, en 1920, por la publicación de dos artículos "injuriosos" en El Mercantil Valenciano, y después de Unamuno han seguido unos cuantos más hasta llegar hoy mismo a los raperos Hasel y Valtonic, o por la sonora pitada en la final de la Copa del Rey de 2015, lo cual roza el esperpento... y luego que nos expliquen las diferencias entre monarquía y monarquía parlamentaria, etc.).
(*) El aspecto más definitorio del Régimen franquista fue la corrupción, hábilmente administrada por Franco para premiar la lealtad al Caudillo invicto. Por otra parte, dictadura y corrupción son prácticamente sinónimos, en España como en todas partes. Véase el excelente libro de Borja de Riquer, La dictadura de Franco, Barcelona, Crítica / Marcial Pons, 2010, Historia de España dirigida por Josep Fontana y Ramón Villares, vol. 9.
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Mientras Brasil se prepara para el expolio, la Argentina de Macri está ya en el pozo, que va a dejar en nada la crisis de 2001. Es lo que ocurre cuando mercenarios delincuentes sin escrúpulos al servicio del Capital, disfrazados de extrema derecha o similar, siempre ultrapatriotas, se dedican a saquear el país. Pronto vendrá el rescate del FMI, como en Argentina, y luego la liquidación del país a precio de remate, empezando por la ansiada privatización de Petrobras, una de las mayores petroleras del mundo, que bien vale un golpe de Estado. La tragedia de esos macro expolios es que quienes pagan con la absoluta miseria, a veces por generaciones, es la gente de a pie. Conviene tomar nota de lo que ocurre en Argentina y Brasil, antes de votar a Vox. No será que no estemos más que avisados.
- Roberto Montoya, América Latina. La ultraderecha puja por liderar la nueva ofensiva neoliberal (febrero 2019)
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