—La "izquierda" ha de saber también —dijo Meneses en
respuesta al artículo de Íñigo Echenique— que España no es el Reino
Unido (*), y que si salimos de la UE, o bien esta se va a hacer puñetas,
que es el camino que lleva, en España tendremos una dictadura casi
fijo. Quizá sea una "dictadura de cuarta generación", pero dictadura, y
el canario en la mina que debería alertarnos es la liquidación del
Estado de derecho. En realidad, ya llevamos recorrido un buen trecho en
este sentido. Así pues, ojo. En España, al igual que en Grecia, la UE es
una garantía de que la oligarquía patria (que cree que España es de su
propiedad y por lo tanto con el derecho a hacer lo que le venga en gana)
por lo menos mantendrá las formas.
Pero, efectivamente —siguió diciendo
Meneses—, ahora que han pasado las elecciones generales y que el PSOE
parece haber encontrado por fin la manera de apoyar al PP sin que lo
parezca, sino todo lo contrario, es el momento oportuno para plantear
esos temas siempre tabús para la izquierda, y en los que el despiste a
veces es notable (un ejemplo clamoroso: la participación de Pablo
Iglesias en la campaña electoral de Syriza en septiembre 2015: "Tsipras
es un león." Genial. Y al 61 % de griegos que votaron OXI en el
referéndum de julio, que los zurzan). Pero debemos poner atención, no
sea que en vez de un Lexit tengamos un Rightxit inesperado.
(*) ¿Alguien se imagina sanfermines en
Newcastle, o entierros multitudinarios de un torero como el de
Sepúlveda, en Brighton? "Tradiciones", dicen. Tradiciones como hacer las
maletas y emigrar para no morirse de hambre. Sí, ambos Reino Unido y
España somos "reinos", pero no nos engañemos: hay un abismo cultural. Y
no es mi intención sacar a relucir por enésima vez la "España negra",
pero los hechos son demoledores: el partido político más corrupto de
Europa —y el gobierno más nefasto y tóxico desde Fernando VII— gana otra
vez las elecciones, y sin que nadie haya dimitido ni vaya a hacerlo. Es
más: un ministro del Interior que en Katanga ya habría sido cesado, se
pasea junto al presidente en el balcón electoral. Cada cual sacará las
conclusiones que quiera, pero entre España y Turquía apenas hay
distancia, y entre España y el Reino Unido hay mil años luz. Ese es
precisamente el problema de "Europa", pero, sobre todo, el de España. En
el Reino Unido no se tolera la corrupción, y en España no se tolera la
decencia, la cual es perseguida de manera brutal.
Lecturas recomendadas
- Íñigo Echenique, Another Europe is possible—another EU is not (11-7-2016)
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