28 de julio de 2016

("Déjà vu" retrospectivo.)

Llevo varios años preparando una edición de los escritos de la guerra de Antonio Machado, que quizá no llegue a publicar, y casualmente he encontrado un artículo de 1938, firmado por "Anyone", cuyo antetítulo ("Fascismo, capitalismo y democracia") me ha llamado la atención. Lo he leído, y he tenido la extraña sensación de que el artículo pudiera haberse escrito hoy mismo. Es un lúcido análisis de la situación en Europa a escasos 14 meses de la Segunda Guerra Mundial, análisis que, salvando las distancias (hoy no hay ningún Mussolini ni Hitler, ni Pacto de No Intervención) (*) es perfectamente aplicable a la Europa actual. Lo he copiado en un PDF en este enlace:


Nota. Si alguien sabe a quién corresponde el seudónimo "Anyone", le agradeceré que me lo diga. 

(*) Hoy más bien lo que hay es lo que podríamos denominar "fascismos de cuarta generación", sin militaradas ni crímenes y salvando la apariencia de democracias. Estos "fascismos blandos" son gestionados y administrados por salvajes "lumpenoligarquías" (**) locales que, aparte de cargarse olímpicamente el Estado de derecho pero sin que se note demasiado, se dedican con verdadero ahínco al saqueo sistemático de sus países (el fatal gobierno de Rajoy Brey, gran amigo de Mauricio Macri, es un buen ejemplo de ello aquí mismo). Países a los que acabarán convirtiendo en Estados fallidos y abandonados a las mafias (policiales, parapoliciales, ultraderecha, narcotráfico, trata de personas...), una manera barata y eficaz de privatizar la violencia, y el último que apague la luz. A la vez esas lumpenoligarquías, que incluso ocupan el poder en distintos países —a veces por medio de golpes de Estado "blandos", como en Brasil— en el contexto de una brutal contrarrevolución conservadora, son las garantes de las bases militares (nueva versión de los Forts) y las políticas imperiales en sus respectivos territorios. En resumen: fascismos "a la carta", según países, pero todos ellos bajo estricto control del Imperio, tanto en América como en Europa, y al servicio de la nueva guerra imperial que "a trozos", como dice el papa Francisco, viene desarrollándose de manera aterradora desde septiembre de 2001. A lo último, Forts y bancos es lo único que quedará en pie, en medio de territorios sin ley, arrasados y saqueados, con poblaciones excluidas y abandonadas a su suerte: esa es la foto finish del New World Order imperial. "Y sobre todo —dijo Meneses medio en broma, medio en serio— no hay que olvidar lo importante: para el general Custer, todos somos indios." 

(**) "Lumpenoligarquía" es un término chistoso acuñado en Colombia y Perú para designar aquellos individuos —surgidos mayormente de las alcantarillas— que se enriquecieron de la noche a la mañana con el narcotráfico. Hoy día el término (utilizado como categoría heurística por el profesor Jorge Beinstein) viene como anillo al dedo para explicar lo que ocurre en países como el Brasil de Temer, la Argentina de Macri o el reciente Perú de Kuczynski. En España el término sería aplicable a los grupos que se han forrado hasta las cejas con las privatizaciones de empresas públicas bajo los gobiernos de González Márquez y luego la burbuja inmobiliaria y la corrupción generalizada con los gobiernos de Aznar y Zapatero, una lumpenoligarquía que en las últimas décadas se ha internacionalizado y se dedica alegremente al saqueo de otros países allí donde les dejan, en connivencia con las corruptas lumpenoligarquías locales. Esa lumpenoligarquía patria, dueña del BOE y ferozmente depredadora, se suma a la más casposa oligarquía franquista, a su vez enriquecida a sus anchas durante los larguísimos 40 años de un régimen estructuralmente corrupto e impune como la dictadura de Franco.

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