5 de agosto de 2016

(Todos "kellys".)

—Conozco el problema muy de primera mano —dijo Melquíades— y puedo asegurar que Agustín Moreno se queda muy corto en su exposición. Acierta en una afirmación: que esas trabajadoras son un buen ejemplo de lo que eufemísticamente llamamos "precariado", y que en realidad deberíamos llamar nueva esclavitud. Sin embargo, las condiciones de esclavitud actuales son peores a la esclavitud tradicional (abolida formalmente en el siglo XIX en la mayoría de países). Antiguamente, a los esclavos se les garantizaba techo y sustento, mientras que las esclavas y esclavos actuales no tienen garantizado absolutamente NADA. Mejor dicho, sí se les garantiza algo: que si se matan a trabajar, quizá el día siguiente les llamen otra vez para matarse a trabajar otro día, y así. También acierta Agustín Moreno en que el deterioro físico de estas esclavas es enorme, con problemas serios de lesiones de la columna a los 30 y pocos años. ¿Y luego qué? Luego pastillas y finalmente a la basura.

En términos económicos, digamos que en la esclavitud tradicional los "costes de entrada" eran elevados: un esclavo había que comprarlo —a traficantes holandeses, por ejemplo— y el precio de compra era lo suficientemente caro como para que el propietario procurara que no enfermase y así pudiera trabajar cuantos más años mejor. En el capitalismo moderno los "costes de entrada" son inexistentes (quizá por eso fue abolida la esclavitud), mientras que las nuevas reformas laborales neoliberales se han encargado de que los "costes de salida" (indemnizaciones por despido, por ejemplo, una entre tantas conquistas de las dramáticas luchas obreras a lo largo de los siglos XIX y XX) sean también casi inexistentes, o bien anulando directamente los costes de despido por medio de contratos laborales-basura, que es la clase de "empleo" (digamos mejor esclavitud) que tenemos en España y que el PP alaba tanto, exhibiendo cada trimestre el crecimiento estadístico de esclavos sin que se le caiga la cara a pedazos de vergüenza. Esta situación actual de esclavos gratis de usar y tirar es el paraíso de los nuevos negreros.

Conclusión: el futuro que nos tiene reservado el Capital, si no espabilamos, es la esclavitud generalizada, pura y dura. De seguir así, en dos días todos seremos kellys. Alguien pensará que convertir el trabajo en trabajo esclavo es irracional, pero es que el capitalismo nunca ha sido racional. ¿Puede haber algo más irracional que cargarse el planeta, y todos a hacer puñetas? Lo único racional para el Capital es el beneficio inmediato (el futuro ni existe), y todo lo que no sea eso le importa tres pimientos.

Nota bene. Por cierto, en otros países los corruptos y delincuentes —lo que Meneses denomina "fascismos blandos"— necesitan de grandes movidas y hasta de golpes de Estado para hacerse con el poder. En España no es necesario: aquí les votamos.

 
"Las kellis". Grafiti quizá de Banksy (?) en El Confital, Las Palmas de Gran Canaria, 4-7-2016

Lecturas recomendadas

No hay comentarios:

Publicar un comentario