—Conozco el problema muy de primera mano —dijo
Melquíades— y puedo asegurar que Agustín Moreno se queda muy corto en su
exposición. Acierta en una afirmación: que esas trabajadoras son un
buen ejemplo de lo que eufemísticamente llamamos "precariado", y que en
realidad deberíamos llamar nueva esclavitud. Sin embargo, las
condiciones de esclavitud actuales son peores a la esclavitud
tradicional (abolida formalmente en el siglo XIX en la mayoría de
países). Antiguamente, a los esclavos se les garantizaba techo y
sustento, mientras que las esclavas y esclavos actuales no tienen
garantizado absolutamente NADA. Mejor dicho, sí se les garantiza algo:
que si se matan a trabajar, quizá el día siguiente les llamen otra vez
para matarse a trabajar otro día, y así. También acierta Agustín Moreno
en que el deterioro físico de estas esclavas es enorme, con problemas
serios de lesiones de la columna a los 30 y pocos años. ¿Y luego qué?
Luego pastillas y finalmente a la basura.
En términos económicos, digamos que en
la esclavitud tradicional los "costes de entrada" eran elevados: un
esclavo había que comprarlo —a traficantes holandeses, por ejemplo— y el
precio de compra era lo suficientemente caro como para que el
propietario procurara que no enfermase y así pudiera trabajar cuantos
más años mejor. En el capitalismo moderno los "costes de entrada" son
inexistentes (quizá por eso fue abolida la esclavitud), mientras que las
nuevas reformas laborales neoliberales se han encargado de que los
"costes de salida" (indemnizaciones por despido, por ejemplo, una entre
tantas conquistas de las dramáticas luchas obreras a lo largo de los
siglos XIX y XX) sean también casi inexistentes, o bien anulando
directamente los costes de despido por medio de contratos
laborales-basura, que es la clase de "empleo" (digamos mejor esclavitud)
que tenemos en España y que el PP alaba tanto, exhibiendo cada
trimestre el crecimiento estadístico de esclavos sin que se le caiga la
cara a pedazos de vergüenza. Esta situación actual de esclavos gratis de
usar y tirar es el paraíso de los nuevos negreros.
Conclusión: el futuro que nos tiene
reservado el Capital, si no espabilamos, es la esclavitud generalizada,
pura y dura. De seguir así, en dos días todos seremos kellys.
Alguien pensará que convertir el trabajo en trabajo esclavo es
irracional, pero es que el capitalismo nunca ha sido racional. ¿Puede
haber algo más irracional que cargarse el planeta, y todos a hacer
puñetas? Lo único racional para el Capital es el beneficio inmediato (el
futuro ni existe), y todo lo que no sea eso le importa tres pimientos.
Nota bene. Por cierto, en
otros países los corruptos y delincuentes —lo que Meneses denomina
"fascismos blandos"— necesitan de grandes movidas y hasta de golpes de
Estado para hacerse con el poder. En España no es necesario: aquí les
votamos.
"Las kellis". Grafiti quizá de Banksy (?) en El Confital, Las Palmas de Gran Canaria, 4-7-2016
Lecturas recomendadas
- Agustín Moreno, Las kellys: mujeres invisibles que limpian los hoteles (5-8-2016)
No hay comentarios:
Publicar un comentario