7 de agosto de 2015

(Ni Meneses lo entiende.)

No entiendo por qué Grecia no abandona el euro, y por más que leo comentarios de unos y otros economistas, sigo sin entenderlo. Y lo que ya no entiendo en absoluto es la decisión de Tsipras de aceptar un tercer "rescate" a sabiendas que no servirá de nada si no es para hundir más aún el país, y así indefinidamente. Grecia ha de desvincularse del BCE y emitir su propia moneda o sistema de pago, si es que quiere volver a existir como país. Actualmente lo único que es Grecia es un territorio zombi administrado por la Troika, y ello de manera permanente, es decir, sin esperanza de ningún futuro. Si alguna lección hemos de sacar de Grecia los demás países de la Eurozona, y en especial los del Sur, es desde luego no cometer el mismo error de Tsipras. Estoy convencido de que cualquier país mínimamente responsable (pongamos por caso, Francia), tiene ya diseñado y perfectamente preparado un plan para recuperar la soberanía monetaria, caso de ser necesario. Lo contrario sería suicida, y más después de visto lo visto. No es admisible que la Troika, Alemania o Perico de los Palotes, Draghi o quien sea, imponga la política económica a los países de la Eurozona, bajo la extorsión consabida de que o hace lo que le ordeno, o quiebro todo su sistema bancario y hundo su país. Esa extorsión mafiosa se tiene que acabar de una manera o de otra: es inadmisible. Pero lo grave ya de por sí es que tal extorsión haya ocurrido, en distintos grados de gravedad, en Irlanda, Portugal, España y sobre todo Grecia. Obviamente, huelga decir —porque se ha repetido millones de veces y está bien demostrado— que la política económica impuesta por la Troika no sirve a los intereses de los países y de sus ciudadanos, sino a los intereses del Capital: son políticas económicas coloniales orientadas exclusivamente al saqueo y expolio de los países y a transferir la riqueza al 1 % de dentro y de fuera en detrimento del resto, etc. Todo ello está inventado desde hace mucho tiempo, lo que pasa es que ahora nos toca padecerlo a nosotros, si no nos plantamos como se plantó el pueblo griego, primero eligiendo un gobierno "antiausteridad" y luego votando valientemente NO en el referéndum, aunque luego Tsipras diera la espalda, de manera inexplicable, a esa voluntad. Sólo un dato podría explicar esa renuncia de Tsipras: una amenaza por parte de Estados Unidos, cuyo interés es que Grecia se mantenga a toda costa en la UE. Tomemos buena nota de todas estas lecciones.

Lecturas recomendadas
- Mark Weisbrot, Las autoridades europeas se niegan a permitir la recuperación de la economía griega, haciendo más probable su eventual salida del Eurogrupo (7-8-2015) 

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