—Hay dos categorías de votos: el voto del miedo y el
voto del hartazgo y la desesperación. El voto del miedo es el voto a lo
conocido aunque lo conocido sea una gran mierda. El voto del hartazgo y
la desesperación es el voto a lo que sea, siempre y cuando nos prometa
un futuro. Es el voto contra el Capital y el establishment a
quienes se atribuye, con razón, todos los males y desastres. Y el mayor
desastre es el habernos robado el futuro y convertido a la gente en
desecho. El problema es que este voto del hartazgo ha sido capitalizado
por los movimientos ultranacionalistas y supremacistas de extrema
derecha, que son, precisamente, los partidos del Capital, aunque de
boquilla apelen a lo que sea. Es una situación similar a la de los años
30 del siglo pasado cuando la gente desesperada aupó al poder a
Mussolini y Hitler. Por otra parte, los movimientos de izquierda parecen
haberse despertado tarde frente a la extrema derecha, que les ha tomado
la delantera, aunque estos movimientos de izquierda no han dicho ni
muchísimo menos la última palabra. Todo dependerá de nosotros. Nada está
decidido. Ahora bien, si triunfa la extrema derecha el mundo va a la
guerra seguro. Y el primer conflicto pudiera ser entre Europa, con
Alemania en cabeza, contra Rusia, con la destrucción asegurada del
continente, y el Imperio (y el Capital) como ganador y único
beneficiario, lo mismo que en 1945. Ahora bien, un conflicto a esa
escala pudiera ser el último.
Quienes todavía somos tan ingenuos que
soñamos en un futuro, para nosotros y para nuestros hijos, hemos de
olvidarnos del miedo y luchar por este futuro, porque hoy por hoy no lo
hay, y apostar decididamente por los movimientos en favor de la gente y
los ciudadanos. No hay otra.
(7 mayo 2017)
(P.D.—La victoria de Macron vista por Aquilino.)
—Felicitarnos por la
victoria de Macron —dijo Aquilino— equivale a botar de alegría porque
estamos plantados en medio de la vía y no nos ha arrollado el tren de Le
Pen. Quizá la comparación no es muy buena, pero gráfica. ¿Qué haría una
persona sensata? Quitarse inmediatamente de en medio de la vía. Tentar
la suerte es de locos. ¿Qué hacemos nosotros, presuntos sensatos?
Quedarnos donde estamos, tan felices. Por cierto, la vía es de doble
sentido y las locomotoras son dos: neoliberalismo y fascismo. Ambas
conducidas por el Capital y con el mismo propósito. Si no te arrolla una
te arrolla la otra, o una tras otra, que es lo más probable. El Capital
siempre juega con dos barajas. Sigamos en medio de la vía. Es el turno
del "neoliberalismo", ahora en crudo, sin afeites socialdemócratas (*).
¿En Francia habrá ahora un
presidente pirata? Tan pirata que se baraja a Christine Lagarde como
primera ministra. La Troika en casa, sin complejos. El Capital se frota
las manos. Después del saqueo de España e Italia (que apenas ha
empezado), es el turno de Francia. El botín da mareos sólo imaginarlo.
Lo que más temíamos desde 2010 ha llegado. Todavía algunos soñábamos que
Francia no se dejaría hundir como el resto de países del Sur. Con
Francia estaban todas nuestras ingenuas esperanzas.
Es el principio del fin de
Europa, ese continente en vías de fallido. Paul Krugman ya no sabe de
qué otra manera expresar su alarma.
(*) Aquilino detestaba el
término "neoliberalismo", por engañoso, y casi nunca lo empleaba, porque
lo que llamamos "neoliberalismo" poco tiene que ver con el
liberalismo (¿qué tendrá de "liberal" el rescate de los bancos a nuestra
costa?). Prefería utilizar el término "neocolonialismo", o mejor aún
los de expolio y saqueo a lo grande, que es de lo que
se trata. Los más técnicos lo llaman "acumulación por desposesión". En
fin, distintos apelativos de robo. Aquilino siempre recordaba
aquella frase del 15-M en las manifestaciones: "A ti que estás mirando,
también te están robando." O parodiando la canción de Ana Belén, al
pasar frente a la sede del Banco de España: "¡Ahí está, ahí está, la
cueva de Alí Babá!" Etc.
P.D. bis. Es inaudito. No han pasado ni dos horas del triunfal triunfo y ya está Mutti Merkel dando instrucciones a Macron sobre lo que debe y no debe hacerse: eurobonos Nein!, reducción del superávit alemán Nein!... Es la repetición de Hollande. El IV Reich first y si no te gusta te aguantas. ¿Alguien duda que en dos días habrá un Frexit como la copa de un pino?
(8 mayo 2017)
Lecturas recomendadas
- Paul Krugman, ¿Qué pasa con Europa? (6-5-2017)
- Rafael Poch, Preguntas sobre un presidente atípico (7-5-2017)
- Olga Rodríguez, Macron y una Francia en estado de excepción (7-5-2017)
- Víctor Prieto, Quiebra y recomposición de las identidades políticas. El caso francés (6-5-2017)
- Rafael Poch, Unión Europea, ¿Sociedad de Naciones? (10-5-2017)
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