25 de junio de 2017

(La España Una y las tragaderas del PSOE Uno.)

—Sólo un apunte al post de Ramón Cotarelo: la versión "liberal-doceañista" del nacionalismo español ya no existe, sólo existe la nacionalcatólica, y es que la guerra de España primero y la larga dictadura fascista de Franco después, supusieron una ruptura total con la tradición española anterior. Quizá el último representante de aquel nacionalismo español laico y progresista, de cuño institucionista, fue Azaña (y Antonio Machado, Luis de Zulueta, Pablo de Azcárate... y algunos otros dignos institucionistas, no muchos). Y si se me apura Tierno Galván en tiempos más recientes, pero no el PSOE, que como partido del Régimen (y del Imperio) enterró el marxismo desde el primer día, lo mismo que enterró el federalismo. Federalismo que ahora pretende desempolvar el PSOE, y que tampoco es que sea la panacea, sino al contrario me temo que hoy en día es poco menos que inservible, porque el problema ya no es de "nacionalidades y regiones", sino de DOS naciones como la copa de un pino, Cataluña y País Vasco, que no encajan en el Estado ni con calzador, y en ello ha tenido un mérito indiscutible la labor de demolición de las Autonomías por parte del PP: en vez de "avanzar" en el Estado autonómico, se ha retrocedido de nuevo a la España Una. Dicho de otra manera: el PP se ha ganado a pulso la independencia de Cataluña.

En resumen, el PPSOE, como partidos del Régimen, comparten ideología, o dicho en términos más precisos de Albert Rivera, "ideario". Y el "ideario" nacionalista español es el mismo hoy que ayer y anteayer: España Una, Grande e Indivisible. Y ahí coinciden tanto Aznar como González Márquez, como Pdr Snchz... porque no hay otro nacionalismo español que valga. Lo que pasa es que el PSOE se siente obligado, por aquello del prurito de aparentar ser un partido de la "izquierda", a enterrar su ideario nacionalista bajo una montaña de hojarasca retórica (como hace hoy Pdr Snchz de manera bastante chusca, según Alfonso Guerra, y según todos), aunque a la hora de la verdad no hay más cera que la que arde. Por otra parte, la España Una e Indivisible está consagrada en la Constitución de 1978 en su art. 2, ese que tanto le gusta a Susana Díaz. Y ese art. 2 no se va a tocar, porque si tragaron los constituyentes de 1978, con todos los Peces-Barba y Solé Tura y tutti quanti, menos se atreverá a modificarlo ahora un PSOE que ha sentido por momentos el frío aterrador del sepulcro, y que gracias al contragolpe de Pdr Snchz ha logrado una prórroga. Una prórroga, sin embargo, condicionada a bendecir todas las políticas de la derecha y simular lo contrario, y que durará lo que aguanten las tragaderas de los electores del PSOE.

Efectivamente, el único sensato en España es el New York Times.


Lecturas recomendadas
- Ramón Cotarelo, 155. Entran los duros (25-6-2017)
 


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