Crónica de una República anunciada: (Ciudadanos lava más blanco.)

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El Capital patrio (es decir, ese entramadado de intereses que no es más que una pandilla de delincuentes que parasitan el Estado y nos chupan la sangre desde Isabel la Católica a esta parte) se está dejando una pasta gansa en lanzar a Ciudadanos, lo mismo que se lanza una nueva marca de detergente. Y es que quizá para el Capital no hay demasiada diferencia entre un partido político y un detergente. "Ciudadanos lava más blanco", podría ser el eslogan. "Busque, compare y vótelo." ¿Se pretende reemplazar al PP con Ciudadanos? Estamos apañados.

Hoy día aparece como evidente que los partidos políticos son mercenarios al servicio del Capital. Tanto es así que los líderes de los partidos, y hasta los propios partidos, son puestos en el poder a golpe de talonario, sin ambages. Sobra el dinero. No lo hay para las pensiones, pero sí para otras cosas. En las últimas elecciones en Francia, por poner un ejemplo, primero auparon a François Fillon, que había de sustituir al fracasado Sarkozy, el cual Fillon dio muy bien el pego hasta que se descubrió el asunto de corrupción de su señora esposa (el "Penelopegate"). Rápidamente, a velocidad de vértigo y sobre la marcha, se encontró al sustituto, el actual brillante Macron. ¿Será por candidatos? El mundo está lleno a punta pala de Fillons y Macrons.

Pero regresemos a España. Hace un tiempo Arrimadas dijo que Ciudadanos no tenía ideología, sino "ideario". Me impresionó la frase. Veamos el "ideario" de Ciudadanos:

- En lo político, la España Una. Es la obsesión de Rivera. Es decir, el desmantelamiento del Estado autonómico y la vuelta al Estado unitario y centralista, donde se roba mucho mejor y sin necesidad de repartir el expolio con nadie. Incluso se han atrevido con el Cupo vasco.

Pero no es solo el centralismo, sino todo el pack fascista de la España Una. Preparémonos para que en las escuelas vuelva a impartirse la Formación del Espíritu Nacional, y en Cataluña a lo mejor prohíben el catalán e imponen la lengua del Imperio, como en los tiempos de Franco. El NO-DO ya lo tenemos, gracias al PP. Y así sucesivamente.

- En lo económico, lo que digan los bancos. Y, más en general, lo que mande el FMI. Salvajismo neoliberal a tope: Ciudadanos privatiza hasta el aire.

Meneses definía Ciudadanos como "falangismo neoliberal", una mezcla extraña pero quizá no tanto.

Todo ello aliñado con unas gotas de indispensable "regeneracionismo". No olvidemos que el general Miguel Primo de Rivera fue también, y ante todo, un sincero "regeneracionista".

Y este es todo el ideario de Ciudadanos: cabe en dos líneas. No busques más porque no hay más. Como en los detergentes, en uno o dos eslóganes bien simples se condensan todas las virtudes del nuevo producto. Ciudadanos cumple a rajatabla con la regla número uno del marketing.

Veremos cómo acaba esa "Operación Ciudadanos", en la que es de presumir el Capital patrio ya lleva invertido un ojo de la cara y parte del otro. Todos los medios de comunicación de este país ya han pasado entusiasmados del azul al naranja. El Macron español, dicen. "Macron con subtítulos en castellano", remacha Iñaki Gabilondo, después de unas paternales advertencias. Lo importante es la publicidad. Es sabido que el cabreo vota a la extrema derecha en todas partes, como se ha visto en Cataluña en las últimas elecciones en las que Ciutadans ha rebañado el voto cabreado anti-establishment catalán. Pero el producto ha de estar ahí, disponible bien a mano, y bien naranja.

Meneses estaba desesperado porque ya se resignaba a no ver jamás en España un partido conservador como es debido. Con esa derecha española de rapiña es imposible. Meneses, a veces, era muy ingenuo. Todavía creía en la política. Es decir, en la democracia, todas esas cosas.

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(Goya - Los Caprichos.)

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No paramos de crecer.

Críticas a un hotel de lujo por promocionarse a costa de la gente sin empleo (23-1-2018)

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Brillante resumen de la economía española de pelotazo de las últimas décadas: Juan Francisco Martín Seco, De Rato a Salgado, pasando por Solbes (18-1-2018).

Para entender a Ciudadanos recomiendo la lectura de Andreas Rahmatian, Las raíces neoliberales del nuevo gobierno de derechas austríaco (24-1-2018).

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(24-1-2018)

Felipe VI: "En Cataluña se ha intentado minar las reglas básicas de nuestro sistema democrático." ¡Absolutamente falso! El sistema democrático en España no se minó, sino que se dinamitó y pulverizó, cuando el PP no se disolvió a raíz de los papeles de Bárcenas, el "Luis, sé fuerte" y la estratosférica corrupción tanto en Madrid, en Valencia y en todas partes. Ahí se acabó la democracia en España, y esto es irreversible sin un cambio profundo del Régimen.

Ningún Estado se sostiene sobre semejante lodazal de corrupción. Y ahora pretenden protegerse y perpetuarse a costa de atacar a Cataluña y sacando banderas a la calle. Nadie se traga ese discurso fuera de España y los acreedores de deuda española, menos. En España los españoles somos tontos. Está harto acreditado. Pero fuera de España, no (*).

(*) Justo acabo de escribir estas líneas cuando leo el nuevo artículo de Javier Pérez Royo, ¿Es el PP un partido ilegal? (24-1-2018). Pero no, el PP, y el Régimen corrupto que lo sostiene, ha preferido pudrir a la sociedad española antes que disolverse. Digo pudrir porque más grave aún que la corrupción es la impunidad. Cuando en un país la corrupción es premiada con la impunidad, la sociedad se pudre y el Estado democrático de derecho se volatiliza. Tome nota Felipe VI de la situación, porque ahí es donde estamos, y el recambio a toda prisa del PP por Ciudadanos no parece que vaya a arreglar nada. Cataluña lo único que ha hecho es descorrer el velo y exponer a la vista pública toda la mierda y toda la inepcia del Estado, y ya no solo del gobierno del PP, que esto es obvio. Dicho en dos palabras: el coraje de Cataluña está dejando al Estado español corrupto, inepto y autoritario con el culo al aire.

Imprescindible la lectura de El rey en Davos: una vergüenza nacional (25-1-2018). No es la primera vez que el catedrático constitucionalista Javier Pérez Royo alerta sobre este asunto (ver El discurso del rey: desastre sin paliativos, 4-10-2017, y Desnaturalización de la monarquía parlamentaria, 7-10-2017). Los autoproclamados defensores de la Constitución son quienes la incumplen de manera pública, flagrante, ostentosa y reiterada, y encima en sus artículos fundamentales.

Lo del rey es lo más grave porque convierte ipso facto la Constitución entera, de la primera a la última página, en papel mojado. No estamos ya en una monarquía parlamentaria, ni en un Estado constitucional, sino en una monarquía de Carta Otorgada, propia de Estados predemocráticos por no decir medievales. Meneses afirmaba que el reloj de España se detuvo en 1680.

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(Goya - Los Caprichos.)

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