4 de febrero de 2018

(España Una.)

Tuit 1
Las lumbreras protofascistas que mangonean España creen, con razón, que con un Estado centralizado en la capital del Reino, previamente desmanteladas las Autonomías, robarían más y mejor, sin necesidad de repartir el expolio con rateros locales, ni que sea el miserable 3 %. 

Puesto que se acabaron las vacas gordas del gran pelotazo del ladrillo de los años 1998-2007 bajo el gobierno del salvapatrias Aznar, y como sea que hay que seguir robando y forrándose, la solución mágica es el Estado centralizado, el sueño húmedo de la derecha fascista española y de todos los megachorizos patrios. Ahora bien:

1) Para ello hay que liquidar Cataluña, lo cual está ya en fase avanzada. El 155 es permanente, tal como advertimos en un post anterior: no es posible el viaje de vuelta del 155 a la Autonomía. Lo cual no importa, porque las lumbreras protofascistas están convencidas de que Madrid, es decir, el capitalismo de amiguetes, de la especulación y el pelotazo, puede sustituir a Cataluña. 

2) Ahora bien: España sin Cataluña, se hunde. Cataluña no es solo el 20 % del PIB español: es prácticamente la única economía real que existe en este Reino bananero. Rajoy Brey lo reconoció a la manera despreciativa que le es habitual: "Los catalanes hacen cosas." España sin Cataluña es Albania. Eso lo saben muy bien fuera de España y sobre todo el BCE.

Pero a las lumbreras protofascistas que mangonean España les da igual. Solo les importa llenarse los bolsillos y el último que apague la luz. 

Esa es la única realidad que hay detrás de la fantasía de la España Una, tan anhelada por todos los megachorizos y delincuentes patrios que sueñan con regresar de nuevo al Estado corrupto franquista, y ahora creen que lo tienen a tocar con los dedos. Y Ciudadanos es su partido.

Tuit 2
Para solventar el casi imposible problema territorial de España se requieren dosis extremas de realismo. Y el primer presupuesto que habría que aceptar es el siguiente:

- Hay un Estado sin nación, que es España, y una nación sin Estado, que es Cataluña (y el País Vasco).

Los nacionalistas españoles pretenden (ilusoriamente) que España sea una nación, y los independentistas catalanes pretenden que Cataluña sea un Estado: ambas pretensiones son ilusorias. La "nación española" es tanto o más delirante que el pretendido Estado catalán independiente. Nacionalistas españoles e independentistas catalanes andan montados cada cual en su respectivo Clavileño, creyendo volar por los espacios siderales de la España Una los primeros y de la República independiente los segundos.

Sin embargo, la prolongada tradición fascista de cerca de 100 años ininterrumpidos (salvo el breve paréntesis de la II República), desde la dictadura protofascista de Primo de Rivera a la de Franco y hasta la actualidad, ha establecido el dogma de la nación española, recogido incluso en el art. 2 de la Constitución (por cierto: ninguna Constitución de los países de nuestro entorno menciona siquiera la palabra nación en su articulado). Retroceder ese fatal disparate será una tarea ingente, pero indispensable para dar una solución al problema territorial: España no es (ni ha sido nunca ni será) una nación, ni falta que hace, sino un Estado. Fórmulas habrá para compaginar un Estado con dos o más naciones. Peor lo tiene China, donde coexisten 297 lenguas. Ahora bien, mientras se siga hablando de la nación española el problema territorial de España es insoluble y el conflicto con Cataluña y el País Vasco será permanente.

A lo que estamos asistiendo hoy, para nuestra desgracia, es al choque del Estado centralista, el de la España Una, herencia franquista, contra el Estado descentralizado frágilmente reconocido en la Constitución de 1978. Tan frágil que al final la derecha se lo ha cargado. La España Una parece que pretende imponerse, liquidando irresponsablemente a Cataluña, pero el precio será la destrucción de la Constitución, reducida a papel mojado, es decir inútil, como las constituciones de Egipto, Turquía o cualquier otra república o monarquía bananera, y el hundimiento de España a país irrelevante y de nuevo a la cola del mundo civilizado como en los años de la barbarie franquista.


Porque, ¡ojo!, la España Una solo es sostenible mediante la violencia de Estado permanente. Olvidémonos del Estado democrático de derecho. De eso Albert Rivera no dice ni mu. Lo inconcebible, lo asombroso, es que después de los 40 años de la dictadura de Franco pretendiendo imponer por la fuerza la España Una, con éxito nulo ("castellanizando" incluso los topónimos y los nombres propios, prohibiendo las "lenguas vernáculas", inculcando la Formación del Espíritu Nacional en las escuelas, y un interminable etcétera), todavía haya alguien que delire en insistir en lo mismo.

Entre paréntesis. Acabo de escribir estas líneas y leo el artículo de Jordi Amat, Nacionalismo (6-2-2018). No tienen bastante con Ciudadanos. Han de apabullarnos con Vox, Tabarnias y qué más se les va a ocurrir. ¡Cómo se nota que sobra el dinero! Cuando en un Estado quien manda es la banda de Al Capone, no se puede esperar más que el desastre. El objetivo es destruir Cataluña, porque si no la España Una, donde se roba más y mejor, no les funciona. ¿Y dónde están los partidos políticos que se supone nos representan, por no decir defienden? Pues desaparecidos: pagando la hipoteca a los bancos y callándose la boca. No es que no tengan ningún proyecto para España ni sepan qué hacer con nuestros problemillas (como apunta Iñaki Gabilondo: Nadie sabe qué hacer), es que no les interesa tenerlo, ni menos mover un dedo no sea que quienes mandan se molesten. Se mueven lo justo para seguir tomándonos el pelo y arañar unos votos. Eso es todo. Es por eso que la extrema derecha, ultranacionalista y xenófoba (financiada a manos llenas por el Capital, ¡ojo!), arrasa en toda Europa.

Tuit 3
Hobbes, en el Leviatán (1651), obra cuya lectura recomiendo encarecidamente, estableció el principio monárquico, lo que equivale a decir el principio del poder. El monarca es el único depositario de la violencia, previa cesión de cada cual de su parte de poder y la consiguiente renuncia de todos y cada uno a la violencia. Eso lo dijo Hobbes después de las terribles tres guerras civiles que asolaron Inglaterra. El rey, pues, es el garante de la convivencia y la paz social. Aquilino, que estudió filosofía tomista en el Seminario de Fuentespina, me corregirá si desbarro.

Pero ¿qué pasa cuando ese rey, el Leviatán omnímodo, por las razones que sean se decanta por una facción? Entonces, mejor echar todos a correr. Nada peor que un real cierre de filas contra un enemigo, el que sea. En España tenemos sobrada experiencia histórica de ello. Y hasta dispusimos de una pavorosa institución ad hoc para ejercer el terror de Estado contra aquellos que el Estado señalaba con el dedo: la Inquisición.

Para evitar esos reales desmanes y abusos, que indefectiblemente acaban en masacre de la facción contraria, se inventaron modernamente las monarquías parlamentarias, en las que ahora el rey está constitucionalmente sometido al Parlamento ("el rey reina, pero no gobierna"). Las monarquías parlamentarias son, pues, monarquías "desactivadas", aunque ¡ojo! monarquías al cabo. 

En resumen, primero se inventa el rey, luego se inventa la manera de desactivarlo. Dos trabajos. ¿Y por qué no desactivarlo de la única manera eficaz y definitiva: la República, y listo? No caerá esa breva.

Más claro que el agua



Como siempre, el artículo de Suso de Toro me llega al alma (Ni ignorancia, ni ñoñería: asentimiento y complicidad, 5-2-2018). 

Interesante artículo de la profesora Ángeles Díez (La Francocracia española y la "cuestión catalana", Parte 1 de 2 y Parte 2 de 2). Ángeles Díez omite la intervención de Estados Unidos en la Transición española, fundamental no solo en España, sino también en Portugal y Grecia. La Transición, dicho en dos palabras, fue 1) una restauración de la monarquía, y 2) una operación de "blanqueo" del Estado franquista a fin de integrar España en Europa y, sobre todo, en la OTAN. 

"... Y así hasta que abjuren de su fe independentista" (Javier Pérez Royo, Costumbres débiles y hábitos serviles). No, los reos independentistas sambenitados no se hallan ante un tribunal de justicia. Se hallan ante el Tribunal del Santo Oficio. Ni más ni menos.

(Goya - Los Caprichos.)

https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/aquellos-polbos/a6a5d912-f4be-4c67-bd13-8c71c4fa235c


El artículo de Jaime Pastor es para enmarcar (La prisión preventiva o el "estado de seguridad" como modelo, 15-2-2018).



Entrevista a Julio Anguita en el programa FAQS (TV3), 10-2-2018


Lecturas recomendadas
- Javier Pérez Royo, Primera quiebra constitucional de la democracia (diciembre 2017), Seguimos donde estábamos (6-2-2018), Costumbres débiles y hábitos serviles (7-2-2018), The Guardian y el delito de rebelión (9-2-2018), El fin de la complicidad (13-2-2018) y Anomia catalana. Respondiendo a Santiago Muñoz Machado (14-2-2018)
- Joaquín Urías, La ideología de los presos catalanes (3-2-2018)
- Enric Juliana, Se cumplen cien días de la aplicación del artículo 155 (4-2-2018) excelente resumen
- @jonathanmartinz, Feliz cumpleaños, majestad (4-2-2018)
- Jueces para la Democracia, Comunicado sobre las injerencias políticas en el Poder Judicial y en el Tribunal Constitucional (5-2-2018) 
- Suso de Toro, Ni ignorancia, ni ñoñería: asentimiento y complicidad (5-2-2018) y Felipe y Pedro en el barrio de Salamanca (16-2-2018)
- Joan B. Culla, Felip VI ha triat (5-2-2018) 
- Jordi Amat, Nacionalismo (6-2-2018) 
- Ángeles Díez, La Francocracia española y la "cuestión catalana" (Parte 1 de 2) y (Parte 2 de 2) (5-2-2018)
-  Roger Graells Font, Joaquín Urías: "El govern espanyol s'ha entossudit a prohibir-ho tot i obliga alguns jutges a fer el ridícul" (7-2-2018) 
- El Síndic de Greuges ve los límites democráticos traspasados por el Estado y advierte sobre normalizar la regresión (9-2-2018) 
- Nicolas Tomás, Jean Quatremer: "El proceso intelectual de Rajoy es el mismo de Erdogan" (9-2-2018) 
- Nicolas Tomás, Rachel Lindon: "El gobierno español ha usado modos dictatoriales" (11-2-2018) 
- Fernando López Agudín, ¡Arriba España! ¡Abajo los españoles! (13-2-2018) y Llega la Stasi del 155 (16-2-2018)
- Jaume Asens, Carta a un preso (13-2-2018)
- Jaime Pastor, La prisión preventiva o el "estado de seguridad" como modelo (15-2-2018) 

Otros temas
- Manuel Castells, La trama rusa de Trump (y 3) (10-2-2018) 
- Kenan Malik, Desconfía de los gobiernos que quieren convertirse en guardianes de la verdad (15-2-2018) 
- Antonio Iturbe, "El fascismo ha renacido". Comentario a Rob Riemen Para combatir esta era (Taurus, 2018) (16-2-2018) 
- Josep Fontana, Protagonistas y cómplices del franquismo, una obra oportuna (16-2-2018) 
- Sandra Russo, La nueva derecha autoritaria (17-2-2018)

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