13 de septiembre de 2015

(Tsipras negociando con los acreedores.)

Acreedor.—¿Cuándo vas a pagarme lo que me debes? (*) 
Tsipras.—Pero... ¿no podrías hacerme una rebajita, o un aplazamiento...? 
Acreedor.—No. Paga. 
Tsipras.—Pero si pagamos nos morimos de hambre... 
Acreedor.—Me da igual. Paga.

Desde que Syriza llegó al poder, el gobierno de Tsipras pagó religiosamente todos los vencimientos de deuda (al FMI y BCE): 6.500 millones de euros a tocateja entre abril-julio, hasta quedarse el Estado —que ya estaba más que arruinado— sin un solo euro.

Tsipras.—Ya he cumplido. Y ahora, ¿podemos "negociar"? 
Acreedor.—Cómo no. Aquí tienes el tercer memorándum, y lo firmas. Obviamente, es más de lo mismo, pero doble ración y aumentado.

La gente en Grecia siempre ha sabido que las supuestas "negociaciones" eran una tomadura de pelo. Por eso votó un rotundo NO en el referéndum, con la esperanza de que ello diera coraje al gobierno de Tsipras. No fue así.

(*) Según cuenta Varoufakis, eso mismo fue lo primero que le dijo Wolfgang Schäuble —por supuesto, "en broma"— en su primer encuentro en Berlín (véase "Angela Merkel steht vor der Wahl").

Lecturas recomendadas

No hay comentarios:

Publicar un comentario