23 de marzo de 2017

(De la impotencia a la irresponsabilidad, camino sin vuelta.)

—El camino seguido por el gobierno del PP respecto de Cataluña es un camino equivocado y peligroso. Equivocado porque no arreglará nada, sino todo lo contrario. Peligroso porque podría dar al traste no sólo con el gobierno, sino con la democracia y la propia monarquía. No son buenos los "choques de trenes": son una estupidez. Y el primer responsable de esta estupidez es el gobierno del Estado, que es el gobierno del PP. Ya es sabido que la derecha española es impotente para la política, sólo entiende el "ordeno y mando", y este gobierno de Rajoy Brey en particular, más negado todavía. Rajoy Brey parece haber hecho suya la máxima de Franco: no meterse en política. La política le da fuerte alergia y se refugia en el Reglamento, como los cabos chusqueros, lo que él llama "la ley". Y entremedias, lee el Marca. Ahora bien, de la impotencia política a la irresponsabilidad hay un trecho, que hay que evitar. Además, ese camino ya fue andado por Miguel Primo de Rivera, y el resultado fue fulminante: Alfonso XIII al exilio y II República. ¿Qué piensa hacer Rajoy Brey el Sensato? ¿Fusilar a las tres cuartas partes de catalanes? ¿O se trata sólo de la miseria irresponsable de seguir arañando votos en la Caverna gracias al conflicto, y agravando la confrontación? Es evidente que Artur Mas y la derecha catalana se han aprovechado de la incompetencia política del gobierno del PP, pero ello no quita que hay un conflicto político objetivo —conflicto que estalló de manera irreversible con la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Autonomía de Cataluña, de 28 de junio de 2010— y que nadie está dispuesto a resolver. Y el gobierno del Estado, sumando irresponsabilidad a impotencia, parece decidido a todo lo contrario: a incendiar la confrontación, a convertir el conflicto en un disparate, en un desastre. Pues bien: habrá III República y pronto. Quizá todo ello, entre otras cosas, pudiera servir para que en el futuro haya en España una derecha como es debido, aunque lo dudo, porque, como dice un refrán catalán, d'on no n'hi ha, no en raja.

Lecturas recomendadas
- Antonio Garrigues Walker, Independencia y diálogo (23-3-2017) 
- José Antonio Martín Pallín, Lectura estrictamente jurídica de una sentencia inevitablemente política (23-3-2017)


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