15 de julio de 2017

(Declaración de Barcelona y otras hierbas.)

—Creo que seré el único catalán que tenga el humor de leerse la Declaración de Barcelona del PSOE/PSC con el pomposo título Por el catalanismo y la España federal. Por de pronto, se me ocurren tres observaciones:

1) Parece que todo el mundo tiene derecho a decidir sobre Cataluña, excepto los catalanes. ¿Cuándo nos tocará a los catalanes decidir sobre nosotros mismos?

2) El objetivo del documento del PSOE es exclusivamente acaparar un poco de protagonismo político, a ver si así arañan algunos votos más a Unidos Podemos. Ahora bien, las propuestas políticas del documento es difícil que interesen a nadie en Cataluña, ni siquiera como curiosidad. Lo de la España federal no es más que un cambio de nombres, y donde dice "autonomías" cambiarlo ahora por "naciones", y así sucesivamente. Todo eso llega muy tarde y además no es este el problema. Respecto al "fortalecimiento del autogobierno" de Cataluña y el "reconocimiento de su personalidad nacional" son bonitas palabras que se aprueban un martes y el miércoles siguiente se pisotean. Etc., etc. Y así estamos. En resumen, el PSOE propone el mismo sistema autonómico, solo que ahora lo llamaremos "federal", que parece que tiene más pedigrí. Sin duda un gran avance. Pues nada, a vender la moto federal. Ahora bien, lo de la "nación de naciones" es políticamente indigerible, ya se lo avanzo, modestamente, y si se embute ese disparate en la Constitución, es una bomba. ¿Tan difícil es para un partido que se pretende socialista renunciar a las ínfulas nacionalistas de la España Una?

3) Si el PSOE quiere hacer algo de verdad positivo, en vez de marear la perdiz con "Estados federales" y "nación de naciones", podría empezar por desfascistizar la Constitución de 1978. Eso sí que está al alcance del PSOE, y además es imprescindible y urgente. Expurgar la Constitución española de elementos autoritarios y fascistizantes que se colaron en una Constitución que se pretendía democrática. Por ejemplo, el nefasto art. 2, que alguien incluso ha pedido su completa supresión.

Y luego dejar que sean los catalanes quienes expongan lo que gusten, referéndum incluido. Porque si hemos de vivir todos en paz y concordia hemos de estar todos a gusto en ese Estado, y no sólo los nacionalistas españoles. Creo que esta es una observación elemental. Podemos llamarla Declaración de l'Alfàs del Pi.

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