27 de diciembre de 2017

(Sin solución.)

"en la Monarquía de España, donde las Provincias son muchas, las naciones diferentes, las lenguas varias, las inclinaciones opuestas, los climas encontrados, así como es menester gran capacidad para conservar, así mucha para unir". 

Baltasar Gracián, El político (1640)


Todos los nacionalismos tienen un componente a la contra de otros nacionalismos. Unos Estados-nación enfrentados a otros Estados-nación. Es por eso que los nacionalismos son tan detestables (y peligrosos): siempre a un paso de la confrontación bélica.

Pero el nacionalismo español es único: va a la contra de una parte de su propio territorio y de su propia población. Es un nacionalismo insólito en el mundo y la demostración más contundente de la estupidez y la demencia de la derecha española.


Ciudadanos es el partido que enarbola ahora el nacionalismo español... contra España (!), y además en competición con el PP, para ver quién de ambos se lleva el primer premio a la estupidez y a la irresponsabilidad. Entre los dos, PP y C's, están haciendo trizas aquello que alaban tanto: la Constitución de 1978 y el consenso de la Transición.

Y ahí es donde estamos.

Repasemos los hechos clave:

1) Hay un antes y un después del discurso del rey el 3 de octubre. Ese discurso ha sido el mayor error político desde 1975. El rey ya no es el "rey de todos los españoles", sino el rey de solo una parte, y además encabezando la ofensiva contra otra parte importante de la población. Abanderando el violento nacionalismo español, nada menos. Millones de españoles hemos quedado excluidos. España ha quedado dividida en dos. Es una situación de enfrentamiento civil de hecho.


Respecto al nuevo discurso de Nochebuena, que algunos han aplaudido por "moderado", ya tal. Solo faltaría que hubiese insistido en el ¡A por ellos! El daño ya está hecho, y es irreversible.
 
2) Otro error: el de Puigdemont y el simulacro de declaración unilateral de independencia el 27 de octubre. No es posible declarar la independencia sin una amplia mayoría social para ello. Ni en Cataluña ni en China. Consecuencia: como estaba harto anunciado, Cataluña ha quedado dividida en dos de manera irreversible, y más después de que Ciudadanos haya capitalizado la bandera españolista en Cataluña, de manera que se han enquistado dos bloques excluyentes. Ese conflicto será ya crónico y sin solución desde Cataluña.

3) PP, PSOE y, sobre todo, Ciudadanos, el bloque monárquico, siguen con su ofensiva contra Cataluña. No hay ninguna rectificación ni cambio de política, quizá porque a Rajoy Brey y al gobierno del PP no se le ocurre otra cosa. La única "política" del gobierno es la represiva,
como si Cataluña fuera una colonia africana levantisca: destruir el independentismo por vía policial y judicial, y con todos los recursos del Estado. Eso es todo. Aparte, claro, la amenaza permanente del 155. La política ni está ni se la espera.

Por su parte, Ciudadanos, aupado por todos los medios de comunicación mercenarios, que en dos meses han pasado del azul al naranja, se ha situado a la extrema derecha del PP y ha hecho del anticatalanismo y del más agresivo nacionalismo español su bandera. Es el partido que ha capitalizado el ¡A por ellos! del nefasto discurso del rey. Como en las elecciones catalanas le ha ido
aparentemente bien no es probable que modere siquiera su discurso, sino todo lo contrario. Así pues, en Cataluña nos espera un infierno: un conflicto enquistado entre dos bloques excluyentes y rozando de manera permanente la catástrofe: la violencia.

Como dice acertadamente Antoni Puigverd: "No puede olvidarse que son dos, los sueños insensatos en juego. El sueño de la independencia. Y el sueño de una España uniforme, planchada a la francesa. Los que creen que este segundo sueño está al alcance de la mano son ahora mismo legión; y competirán (C's vs. PP) por el título de jacobino" (Campo de minas, 27-12-2017). Por el título de la estupidez, habríamos de corregir. Es el disparate de la España Una, al que el franquismo del PP nunca ha renunciado y reeditado ahora por Ciudadanos.

Tanto hablar de la Constitución, y hemos retrocedido a niveles preconstitucionales que ni siquiera soñó Fraga. 

Y 4) la guinda: la vía penal contra el independentismo, que seguirá su curso. Ya hay 28 imputados en el Tribunal Supremo (de los cuales 19 son diputados electos en el Parlament). Imputados además por delitos delirantes como el de rebelión. No se entiende ni se explica que lo que no es delito en Bélgica lo sea en España. El asunto lleva camino de convertirse en una "causa general", y ahí todo cabe. Se trata de un acoso y persecución en toda regla. Eso nos equipara a Turquía. No puede haber mayor catástrofe.

Además, como al gobierno del PP no le han gustado los resultados de las elecciones en Cataluña, hará lo imposible para que no pueda formarse el nuevo Govern y alargar indefinidamente el 155. Pero aunque pudiera formarse milagrosamente el nuevo gobierno autonómico, mediante una investidura en efigie o como sea, la pregunta es: ¿cómo será posible gobernar con 19 escaños vacíos en el Parlament, con lacitos amarillos en los asientos? El nuevo Govern perdería la mayoría... Y esto no ha hecho más que empezar.

Es difícil extraer una conclusión de todo lo anterior. a) El Caos político e institucional es generalizado. b) Del Estado democrático de derecho y de la separación de poderes no quedan ni los restos. El Tribunal Constitucional es un esperpento, dedicado a anular todas las leyes (autonómicas) que no le gustan al gobierno del PP. c) Y por último, lo peor: el violento nacionalismo español se sabe cómo empieza pero no se sabe cómo termina. El conflicto civil (no solo territorial) es ya un hecho, y más en Cataluña. Ahora está por ver cómo se sale de ahí, y si es posible. ¿Será cierto que al final tendrá que intervenir Europa para arreglar a la brava un problema insoluble desde España? Que sea pronto.


Coda. Pregunta: ¿son conscientes PP, Ciudadanos y PSOE que la agresión contra Cataluña está situando España al borde de la catástrofe? ¿O solo piensan en los votos que pueda rentabilizarles ese linchamiento nacional?

Está claro que ni PP, Ciudadanos y PSOE han leído a Gracián, porque en vez de unir, hacen lo imposible por dividir, enfrentar una España contra otra, que es el camino directo al desastre y a la nada.


Lamentablemente, comparto el análisis de Antoni Puigverd, Campo de minas (27-12-2017). En Cataluña la situación es de guerra abierta, con la extrema derecha de Ciudadanos dispuesto a toda costa a "españolizar" Cataluña, que viene a ser algo así como españolizar Noruega, apoyado por toda la derecha mediática, el Ibex, el Estado y el 155. Por su parte, los independentistas están acosados por todos los flancos, empezando por el judicial. En una guerra el que cede pierde, de manera que los independentistas difícilmente podrán moderar sus planteamientos. Pero la consecuencia más importante es que en una guerra no cabe la política, de modo que el problema de Cataluña, y la tremenda fractura social, no tienen solución desde Cataluña. Y desde España, menos, mientras haya en el poder una derecha irresponsable e inepta dispuesta a incendiar Cataluña para arañar unos votos: primero fue el PP y ahora es el turno de Ciudadanos, que dobla la apuesta enarbolando la bandera delirante de la España Una, como Primo de Rivera y Falange en sus días. Por esto ese post se titula "Sin solución". 

Por último, tal como apunta Fernando López Agudín (Sánchez e Iglesias en el laberinto catalán), a todo ello no ayuda en absoluto el que la izquierda no tenga una idea clara respecto a la cuestión de Cataluña y en general territorial en España. Ni clara ni turbia: el PSOE ya no sabe ni lo que dice, y Unidos Podemos parece haberse perdido en su laberinto plurinacional, aunque es de agradecer que haya interpuesto en el Tribunal Constitucional un recurso contra la alucinante aplicación del art. 155 por parte del gobierno, que literalmente ha hecho y está haciendo lo que le ha dado la gana.


Interesante artículo de Beatriz Gimeno, como todo lo que escribe. "Fascismo de baja intensidad" (Beatriz Gimeno): he ahí el concepto que andaba buscando. El "fascismo de baja intensidad" tiene su origen en la USA Patriot Act (octubre 2001), curiosamente aprobada apenas un mes (!) después de los atentados del 11 de septiembre. Dicha ley supone de facto un estado de excepción permanente. La Patriot Act fue trasladada al ordenamiento jurídico español en tiempos del célebre Fernández Díaz, pero no en una sola ley, sino de manera ladina en un abanico de disposiciones, empezando por la famosa Ley Mordaza, pero también en otros instrumentos por estrenar: la Ley de Seguridad Nacional o el Plan Nacional de Lucha contra la Radicalización Violenta (ambos aprobados en 2015). Pero también ha sido "embutida" en otras leyes por medio de sucesivas reformas, desde el Código penal a la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

La Patriot Act y sus "clónicos" europeos (Francia acaba de aprobar la Ley para reforzar la seguridad interior y la lucha contra el terrorismo, la denominada "Patriot Act francesa") suponen una conculcación de los derechos y libertades reconocidos en las Constituciones democráticas y el establecimiento de estados de excepción permanentes de hecho. Este es el "fascismo de baja intesidad" que peligrosamente se está "normalizando" en nuestras sociedades. Se trata de una bomba de neutrones para las democracias: dejan en pie la apariencia del edificio democrático constitucional, pero por dentro queda vaciado de contenido.

Huelga decir que del "fascismo blando" al fascismo a secas no hay ni medio paso, el cual puede dar el Capital cuando le convenga.


Lecturas recomendadas
- Antoni Puigverd, Campo de minas (27-12-2017) 
- Manuel Rivas, Hartos de Cataluña (27-12-2017) 
- Ramón Cotarelo, España Potemkin (27-12-2017) 
- Jaume Bosch, Artículo 155: dos meses (28-12-2017) 
- Fernando López Agudín, Sánchez e Iglesias en el laberinto catalán (28-12-2017)
- Enric Juliana, España, vista a la derecha (30-12-2017) y Densidad catalana (5-1-2018)
- Josep Ramoneda, El inmovilismo y la izquierda (29-12-2017) y Misteris i responsabilitats (2-1-2018)
- Antonio Lucas, José Antonio Martín Pallín: "Debemos repensar qué significa hoy ser español" (30-12-2017) 
- Javier Pérez Royo, Cuando el imperio de la ley es sinónimo de catástrofe (1-1-2018), Ni Puigdemont ni Rajoy (2-1-2018) y Ciudadanos y el futuro de la Constitución Territorial (4-1-2018)
- Fernando López Agudín, El "gratis total" de Sánchez a Rajoy (3-1-2018) 
- Carles Bellsolà, Entrevista a Jaume Alonso-Cuevillas, abogado de Puigdemont: "Se está haciendo una causa general contra el independentismo" (5-1-2018)

Otros temas
- María Sánchez Díez, Joseph Stiglitz: "No podemos confiar en el sector financiero, si no lo regulamos, engañarán, se aprovecharán de la gente" (31-12-2017)
- Julián Casanova, Mentar el fascismo en vano (3-1-2018) 
- Beatriz Gimeno, Cuando se ejerce la libertad de expresión siempre se ofende a alguien (3-1-2018) 
- Miguel Álvarez-Peralta, La posverdad de Rajoy y el populismo del PP (3-1-2018)

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