—Acabo de escuchar el discurso de Trump. Es un
discurso magnífico, imponente. Es el discurso que quizá a muchos
presidentes les gustaría pronunciar en su toma de posesión (*). El
discurso que quizá muchos quisieran escuchar alguna vez en su país. "January 20th 2017, will be remembered as the day the people became the rulers of this nation again."
¡Oh! Un nuevo pacto social. Impresionante. Hay que felicitar al
redactor del discurso, cuánta imaginación, qué derroche. ... Ahora bien,
lástima que Trump residiera en una especie de palacio de oro, tan
hortera y deplorable como él mismo, lástima que haya nombrado un
gobierno de ultrarricos, magnates y supremacistas, porque ello
convierte este magnífico discurso en el mayor monumento a la demagogia
en lo que llevamos de siglo.
... Y quizá a los más viejos les recuerde
otros discursos ultranacionalistas, victimistas y mesiánicos similares
de los años 30 en Europa, por ejemplo de Mussolini y Hitler. "Ein Volk, ein Reich, ein Führer!" Preparémonos para lo peor.
•
Cuesta creer que esta banda de
plutócratas degenerados tenga nada que ver con el "pueblo", y menos con
los "trabajadores". Paul Krugman acaba de resumirlo de ese modo: "Así
que ahí lo tienen: un gobierno cuya corrupción no tiene precedentes, y
además sin ninguna preparación para gobernar. Va a ser tremendo,
permítanme que les diga" ("Donald, el incompetente").
En fin —concluyó Meneses—, de momento nos
hemos librado de una guerra casi cierta contra Rusia. No es poco, desde
luego. Ahora el peligro es una guerra casi segura contra China.
Lamentaremos miles de veces que el Partido Demócrata no apoyara a Bernie Sanders. Son errores históricos.
Lecturas recomendadas
- Manuel Castells, Trump y la caja de Pandora (21-1-2017)
- Máriam Martínez-Bascuñán, Fascismo 3.0 (28-1-2017)
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