11 de mayo de 2021

(Tuits de fin del estado de alarma y orgía general, 2.)

 Tuit 313 (Caballero Bonald) - 9 mayo
—Me entero por el periódico que ha muerto José Manuel Caballero Bonald. Así que me apresuro a recomendarte una novela suya y que a lo mejor nadie menciona: En la casa del padre (Barcelona, Plaza & Janés, 1988),
situada en el Jerez de la Frontera natal del autor.


Tuit 314 (La libertad de la que usted me habla) - 10 mayo
—Ahora bien, ¿qué puñetas es la libertad? Muy fácil: libertad es que todos vivamos en paz y con dignidad. Subrayo el todos porque ahí está el quid.


¡Ah! Pero la libertad ¿no es un asunto individual, de cada cual?

No. Esa es la tomadura de pelo que desde hace tres siglos lleva vendiendo el liberalismo, doctrina de cabecera de los imperios coloniales. Pero no se puede ser libre sobre un océano de esclavos. Sobre un océano de esclavos solo se puede ser Vito Corleone, el cual me voy a abstener de definir. 

Entendámonos: cuando hablamos de libertad siguió explicando Meneses el 99 % de las veces de lo que en realidad hablamos es de cañones y misiles, que son el fundamento de la supuesta libertad. Sin cañones no hay libertad. Es por eso que todos los imperios coloniales son entusiastas de la libertad. Tanto es así que USA, el Imperio por antonomasia, plantó una gigantesca estatua de la Libertad a la entrada de New York, que es como si hubiera plantado una gigantesca bomba atómica, porque esa es su libertad. Tampoco es casual que en el país de la libertad el símbolo sea el Winchester.

Pero la libertad no tiene nada que ver con misiles ni bombas atómicas ni Winchester, sino con lo que he dicho al principio, que es todo lo contrario. 

La falsa libertad que enarbolan los imperios coloniales, y la derecha sin excepción, es el velo que oculta el expolio y el saqueo del planeta, que hoy ha llegado a extremos insostenibles de destrucción sin retorno. El Imperio USA, el gran abanderado de la libertad, comenzó con el exterminio de los indígenas, el mayor genocidio en la historia de la humanidad. Solo el general Custer tiene derecho a la libertad, porque solo el general Custer tiene cañones, pólvora y Winchester para arrasar los poblados indígenas, y así sucesivamente... Y ¡ojo! todos somos indígenas para el general Custer. Esa es la libertad prometida por el Imperio.

En resumen, los menos indicados para hablar de libertad son la derecha. La derecha solo puede hablar de crímenes, robo y expolio. Así que cuando Ayuso y demás clones berrean ¡Libertad!, sepamos de qué hablan.

Coda

Entonces, ¿qué pasa con el lema de la Revolución Liberté, Égalité, Fraternité?

Es la libertad del pueblo frente al tirano de las monarquías absolutas. Nada que ver con ninguna libertad del "individuo". Además, esa libertad del pueblo va indisolublemente ligada a la igualdad de todos en los mismos derechos y a la solidaridad de todos con todos (fraternidad). La Revolución francesa de 1789 dio lugar a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, el documento más elevado a que ha llegado la humanidad, y germen de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (ONU). La libertad del "individuo", ese ridículo diosecillo con patas, ensalzada por el liberalismo, las potencias coloniales, el general Custer, Don Vito, Margaret Thatcher, Trump y Ayuso, ha dado lugar, por el momento, a dos guerras mundiales y a esa tercera "por entregas", como dijo el papa, en la que estamos metidos.

¿Y los jóvenes que berrean ¡Libertad! en la Puerta del Sol?

Allá ellos, y si votan a Ayuso, ellos sabrán lo que hacen: mañana comerán mierda. A mí esas exhibiciones de estupidez palmaria me han recordado la obra Marat/Sade (1964) de Peter Weiss, donde los locos del manicomio de Charenton, instigados por el marqués de Sade, berrean Freedom! Freedom! antes de asesinar al revolucionario jacobino Jean-Paul Marat.

¿Estás comparando los jóvenes con locos de atar?

No. Es mucho peor. Los jóvenes no tienen futuro, porque nosotros les hemos dejado sin futuro, y sin futuro no es posible vivir. Pero esto es otro post.

(Continuará.)  





La República es una forma de Estado que en sí misma no garantiza nada. Ahora bien, la Monarquía Española garantiza la perpetuidad de la corrupción del Estado y por ende la imposibilidad de la democracia, puesto que corrupción y democracia son incompatibles. La Monarquía Española tarde o temprano conduce indefectiblemente a la dictadura
 

Imprescindible
-
Javier Pérez Royo, Plataforma federal (10-5-2021)
- Joaquín Urías, No dejar a nadie atrás (12-5-2021)

Conviene leer
- Ignacio Escolar, La libertad de contaminar y otras grandes batallas "liberales" (11-5-2021)
- Valeriano Bozal, Blanquear a la señora Ayuso (11-5-2021)

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