7 de octubre de 2017

(El dogma infranqueable: la unidad de España.)

Los Mandamientos de la Ley de Dios no son X sino XI. Lo que pasa es que con las prisas a Dios se le olvidó grabar en las Tablas el XI mandamiento, que es este:


Digo esto porque en un artículo sobre la dictadura de Primo de Rivera acabo de leer lo siguiente: "La unidad de España ... ha de ser considerada como el dogma principal del fascismo español" (*). He aquí el dogma infranqueable.

Pregunta. ¿Es posible cuestionar un dogma que lleva funcionando cerca de 100 años y que constituye el núcleo más duro del fascismo español desde Primo de Rivera hasta hoy mismo? Si no es posible, va a ser muy difícil un referéndum acordado en Cataluña. Y también va a resultar muy difícil un Estado "plurinacional", si es que la plurinacionalidad ha de implicar algún tipo de confederación o cosoberanía, por lo menos para Cataluña y el País Vasco, que sería lo idóneo para solucionar el eterno problema territorial.

Evidentemente, ni que decir tiene que la defensa de la unidad de España es muy legítima, pero NO impuesta por la fuerza y pasando por encima de 7,5 millones de ciudadanos. Ya no digo meterlos en la cárcel. Como decía hace unos días The Economist, no estamos en el Tíbet, aunque Rajoy Brey cree que sí: "Aggression against crowds of peaceful citizens may work in Tibet but cannot be sustained in a Western democracy" (**). En un Estado democrático, TODOS los ciudadanos deben poder vivir en paz y con dignidad, incluido también el "rincón" de Cataluña. Eso es lo que diferencia un Estado democrático de la barbarie.

Ahora bien, si algún día somos capaces de arrumbar el dogma de la unidad de España al desván de los trastos inútiles (y altamente tóxicos), España dejará de ser la monarquía casi feudal que es para ser una República democrática y moderna homologable —entonces sí— a los países de nuestro entorno.

Dejo aquí el apunte para ampliar en otra ocasión, porque me temo que estamos aún muy lejos siquiera de poder plantear esta cuestión.

Coda
1) Respecto a la dictadura protofascista de Primo de Rivera, considerada habitualmente como una especie de paréntesis por los historiadores, lo cierto es que en ella se fraguó y consolidó el Estado fascista (corporativo y patrimonialista) que ha pervivido de una u otra manera hasta hoy, junto con su inherente derecha radical. La dictadura de Primo de Rivera ha sido objeto de un renovado interés por parte de los estudiosos. Cito tres importantes obras recientes:


Leandro Álvarez Rey, Bajo el fuero militar. La dictadura de Primo de Rivera en sus documentos (1923-1930), Editorial Universidad de Sevilla, 2006.

Alejandro Quiroga Fernández de Soto, Haciendo españoles. La nacionalización de las masas en la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2008. Ver una excelente reseña aquí.

Julio López Íñiguez, La Unión Patriótica y el Somatén valencianos (1923-1930), Universitat de València, 2017. Ver un comentario en "Luz sobre la dictadura de Primo de Rivera".

Pero un aspecto apenas destacado, y que en mi modesta opinión es crucial, es que a partir de la dictadura de Primo de Rivera la derecha "civilizada" desaparece de España (excepto, de manera significativa, en Cataluña y País Vasco). Después de la dictadura, la derecha española fascistizada tendrá su continuación en una derecha extremadamente violenta y antidemocrática en los años de la II República, que será el puente hacia el fascismo de la dictadura de Franco. Así pues, desde los lejanos tiempos de Silvela y Maura, hace más de cien años, en España no hay un partido conservador. Ha habido partidos fascistas, católicos, monárquicos y chorizos, pero no conservadores. Meneses repetía que lo que más echaba en falta en España era precisamente un partido conservador como es debido.

2) Aunque el dogma de la unidad de España es anterior a la dictadura de Primo de Rivera, fue este quien le dio el carácter doctrinal central que tiene desde entonces, sintetizado en el lema de la Unión Patriótica, el partido único de la dictadura: España Una, Grande e Indivisible. Lema reelaborado por su hijo José Antonio, fundador de Falange, en España Una, Grande y Libre. Y de ahí pasó a la dictadura fascista de Franco y luego directamente (al parecer, por imposición de los militares) al art. 2 de la Constitución de 1978, en su redacción final (***). Y en el art. 8 CE (también impuesto por los militares), se impone a las Fuerzas Armadas, nada menos, el deber de defender dicha "integridad territorial", un artículo insólito en las Constituciones democráticas de nuestro entorno, y que invoca día sí y otro también la ministra Cospedal con la alegría de los insensatos de marca.

3) Por último, merece la pena recordar el chascarrillo que circulaba durante el franquismo, digno de La Codorniz: "España es Una porque si hubiera otra, allí estaríamos todos." 

Cataluña ya es otra España. Será por esto que a los de la España Una les molesta tanto y quisieran "españolizarla". No soportan que haya otra España. Pero si no lo consiguió ni Franco en 40 años de represión brutal, van listos.


8-10-2017. Respecto a la manifestación gubernamental en Defensa de la Unidad de España.La dictadura de Primo de Rivera se arruinó financiando esa clase de multitudinarias demostraciones de fervor patriótico, adhesión al Régimen y exaltación del dictador (al estilo de la Italia de Mussolini en los mismos años). Cuando se acabó el dinero se acabó el patriotismo y la dictadura. También Franco llenaba la plaza de Oriente con miles de autocares de todas partes de España para pasar el día en la capital y berrear "¡Franco, Franco, Franco!". Hoy renace la España fascista, como en los mejores días. Solo el discursito de Vargas Llosa le debe de haber costado al Estado otra décima más de déficit público. Paga Merkel. El gobierno ha elegido Barcelona para restregar por la cara de los catalanes la bandera española. Ese es el diálogo. Otra humillación más. Otra prueba para la santa paciencia de millones de catalanes. Espero que limpien y refrieguen bien la Via Laietana cuando acabe todo esto, para que vuelva a ser la barcelonesa y entrañable Via Laietana de siempre.

(*) Shlomo Ben-Ami, "Hacia una compresión de la dictadura de Primo de Rivera" (1980). Ver también del mismo autor: El cirujano de hierro. La dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), RBA Libros, 2012 (primera edición, 1984).
(**) "It is not too late to stop the break-up of Spain", The Economist, 5 octubre 2017. 
(***) Compárese la redacción inicial del art. 2 en el Anteproyecto de Constitución (BOC, 5 enero 1978) con la redacción final:

- Anteproyecto de Constitución
Artículo 2. "La Constitución se fundamenta en la unidad de España y la solidaridad entre sus pueblos y reconoce el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran."

- Redacción final (subrayo en cursiva los añadidos)
Artículo 2. "La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas."


Textos históricos
- Real decreto de Primo de Rivera dictando medidas y sanciones contra el separatismo, Gaceta de Madrid, 19 septiembre 1923: "SEÑOR: De los males patrios que más demandan urgente y severo remedio es el sentimiento, propaganda y actuación separatista que viene haciéndose por audaces minorías..." Lo más curioso del decreto es esa expresión "audaces minorías". Ahí en dos palabras está concentrada toda la teoría de la derecha sobre el nacionalismo catalán. Y así nos va. Obsérvese de paso que lo de "audaces minorías" convierte el nacionalismo en un estricto problema de orden público-judicial, desprovisto absolutamente de categoría política ninguna.


Lecturas recomendadas
- Ramón Cotarelo, Las huestes del Cid (9-10-2017)

 

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