22 de octubre de 2017

(El problema: el Estado fascista.)

El Estado español es fascista. Y utilizo el término fascista no como figura retórica, sino con todas sus letras y su significado. También con conocimiento histórico. El Estado español es fascista porque adopta el núcleo duro del fascismo español: el dogma de la unidad e indivisibilidad de la nación (art. 2 CE) (ver el post "El dogma infranqueable: la unidad de España"). El dogma de la unidad de España es incuestionable, intocable. El dogma de la unidad de España está por debajo de Dios y quizá —no estoy seguro— del rey, pero por encima de todo lo demás. Está incluso por encima de las vidas de 7,5 millones de catalanes, o de quien sea. El art. 8 CE incluso obliga a las Fuerzas Armadas a defender por la fuerza la "integridad territorial" contra cualquier intento de secesión, como recuerda día sí y otro también la ministra Cospedal, un artículo inexistente en las Constituciones democráticas de nuestro entorno.

El gran drama de España es que frente a este Estado fascista secular no hay oposición. La única oposición al Estado fascista, y a los partidos políticos que lo sostienen, PP-PSOE-C's, ha surgido de la sociedad catalana de manera mayoritaria. El art. 155 se ha puesto en marcha precisamente para aplastar a esa sociedad catalana disidente enfrentada al fascismo del Estado, y volverla al redil, a la "normalidad" institucional, según el sobredicho Estado. El art. 155 es el ¡a por ellos! de todo el Estado contra Cataluña, el último bastión democrático (y republicano) en España. Veremos hasta dónde llega la violencia del Estado y si puede someter por la fuerza a 7,5 millones de catalanes. Lo dudo. Hace tiempo que pronostiqué que el problema de Cataluña se llevaría por delante a la derecha inepta, corrupta y delincuente española y arrastraría con ella a la monarquía. ¡Pero cuánto sufrimiento todavía!

¿No es posible hablar de la unidad de España, no se puede poner en cuestión la sacrosanta unidad de España? Porque ahí está todo el problema territorial de España, permanentemente insoluble. Sin embargo, en un Estado democrático es posible hablar de TODO. Esto es lo que se complace en ignorar, o aparentar que ignora, Rajoy Brey el Sensato y futuro virrey de Cataluña. En un Estado democrático se puede hablar de todo sin excepción, incluso si afecta al art. 2 de la Constitución. Incluso si afecta a la soberanía nacional (art. 1.2 CE). No hay nada de lo que no pueda hablarse y discutirse en un Estado democrático. Por lo menos en determinadas circunstancias, y el problema de Cataluña (y del País Vasco) es sin duda una de esas circunstancias, porque está en juego toda una Comunidad Autónoma y la dignidad y la convivencia pacífica de 7,5 millones de ciudadanos: un asunto que afecta de manera muy grave a todo el Estado. Ahora bien, lo que no es posible, desde luego, es hablar de la unidad de España con un Estado fascista y con partidos políticos que, aunque se califiquen a sí mismos de demócratas, aceptan a pies juntillas el dogma central del fascismo español. Y la primera consecuencia práctica de este dogma es que cualquier asunto que afecte a la unidad de España o a la soberanía nacional no es, no puede ser bajo ningún concepto, un problema político, sino un problema de orden público, y como tal problema de orden público ha de ser tratado. Esta es la doctrina de la derecha fascista española desde Primo de Rivera hasta hoy y que defienden con fervor los partidos nacional-constitucionalistas PP-PSOE-C's (por cierto, escuchando a Rajoy Brey esos días, uno cree retroceder a los años 20 del siglo pasado, porque se repiten idénticos discursos). Y este es el problema. No hay otro.

España no es, quizá no lo ha sido nunca, un Estado democrático, como reza la Constitución (art. 1.1), sino un Estado fascista más o menos solapado, y ello es así por lo menos desde la dictadura de Primo de Rivera, continuada por la larga y criminal dictadura de Franco después del efímero paréntesis de la II República. Luego, el blanqueo de la Transición ha durado lo que ha durado: primero Alianza Popular y después el Partido Popular se han encargado de que durara lo menos posible. Y ahora, vuelta a las andadas. Con esa carta blanca del art. 155, que habilita al gobierno del PP para hacer lo que le venga en gana, es cuando el Estado fascista mostrará de nuevo su cara. Ya hubo un anticipo el 1 de octubre (y por eso algunos países de la UE se escandalizaron) y con el encarcelamiento de los dos dirigentes pacifistas catalanes. Veremos hasta dónde está dispuesto a llevar la brutalidad el Estado, y hasta dónde un partido como el PSOE está dispuesto a apoyarla, sin que sus bases se rebelen, que ojalá sea ahora mismo.


Nota bene. Si alguien prefiere emplear la expresión Estado autoritario en vez de Estado fascista, no tengo ninguna objeción. Sin embargo, prefiero utilizar la expresión Estado fascista porque en España, a diferencia de otros países europeos, el fascismo (franquismo, para los hinchas locales) ha pervivido felizmente hasta hoy por simple inercia social y por no haber sido condenado jamás desde el Estado. Seguimos siendo diferentes, y Muñoz Molina no debería extrañarse si se lo recuerdan cada vez que cruza los Pirineos.

 

(Goya - Los Caprichos.)
86.  


Regresar a la normalidad institucional.

¡Viva  la España, Una e Indivisible!



Importante la observación de Enric Juliana (Coerción para todos): el art. 155 se extenderá a todo el reino, aunque sea bajo "modo preventivo". Es evidente que el autogolpe de Estado involucionista no se detendrá en Cataluña. Por eso necesitaban atar al PSOE. Y otra observación: el gobierno de ocupación en Cataluña es definitivo, no tiene vuelta atrás. Como advirtió Meneses hace ya unos años, esos no se van a ir. Son golpistas natos.

Respuesta a Iñaki Gabilondo: no son necesarios tantos dibujos ni tantas sutilezas. El art. 155 significa lisa y llanamente el desmantelamiento de la autonomía de Cataluña, su sustitución por un gobierno de ocupación, y policías y jueces para sofocar los conatos de revuelta. O el ejército. Eso es todo. Ahora bien, los juristas y demás se pasarán la vida discutiendo menudencias, pero la realidad es esta. El art. 155 es una carta blanca al gobierno para ejecutar lo que le venga en gana y hasta cuando le dé la gana, ni más ni menos. El art. 155 es un arma de destrucción masiva del Estado democrático o lo que quedaba de él en España. Por eso da igual lo que diga o haga Puigdemont: su aplicación estaba ya decidida desde hace tiempo, quizá desde el mismo día del discurso del rey el pasado 3 de octubre. El art. 155, la liquidación de la autonomía de Cataluña y a la que seguirán las demás autonomías, es la respuesta del Estado inepto y fascista a la humillación padecida el 1-O.

Muy bien el análisis de Fernando López Agudín, aunque a mí ya me gustaría ser tan optimista. Quizá fracase el Estado en Cataluña, como fracasó estrepitosamente el 1-O, pero en el resto de España, ese "rabo de Europa por desollar"... Ojalá. De momento, con el nuevo Largo Caballero bendiciendo entusiasmado al PP, el pacto de San Sebastián está a mil años luz. Etc. "Pero en cuanto avance el 155, veremos lo que ocurre": pues ocurrirá que el PSOE se mantendrá amarrado al PP y a la monarquía hasta que vea el Titanic del Régimen hacer aguas. Entonces sí, correrá a apuntarse al pacto de San Sebastián o a lo que sea. Lo peor del PSOE es que ya ni sorprende a nadie. En cuanto a "la solidaridad de los demócratas españoles"... Lo dicho: ojalá y que lo veamos.

Asimismo muy bien los análisis de Josep Maria Antentas y de Miguel Salas. 



Lecturas recomendadas
- Jaime Pastor, El artículo 155 o la democracia en suspenso (22-10-2017)
- Suso de Toro, El "procés" nos divide, pues claro (22-10-2017)
- Javier Pérez Royo, Llueve sobre mojado (22-10-2017)
- Enric Juliana, Coerción para todos (23-10-2017) 
- Iñaki Gabilondo, 155, poder y compromiso (23-10-2017) 
- Fernando López Agudín, El 155, candado de los nacionales (23-10-2017)
- Josep Maria Antentas, Golpe de Estado desde el Estado (23-10-2017)  
- El Nacional, Martí Anglada asegura que "el rey llamó a Volkswagen para pedirle que se fuera de Cataluña" (23-10-2017) 
- Pablo Iglesias, 7 consideraciones sobre la crisis catalana. Carta abierta a las inscritas y los inscritos de Podemos (23-10-2017) 
- Joan B. Culla, La plurinacionalitat era això (23-10-2017)  
- Ada Colau, maire de Barcelone, sur l'indépendance de la Catalogne (23-10-2017) vídeo 
- José Antonio Martín Pallín, El laberinto catalán (23-10-2017)  
- Miguel Salas, El 155 es contra Cataluña, pero afecta a las libertades democráticas de toda la población del reino de España (22-10-2017)
- Iñigo Urkullu, Sólo el diálogo puede llevar estabilidad a Cataluña y la UE es parte de la solución (23-10-2017) 
 

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